Cuando en Chile, llegan los triunfos deportivos importantes y estos es dan de cuando en cuando, nos cuesta poner las cosas en su respectivo lugar. Hace un tiempo paso con el boxeo, estábamos convencidos que, con las victorias de Martin Vargas, el boxeo chileno era de categoría mundial, después ocurrió lo mismo con el tenis, fuimos potencia mientras duró la exitosa etapa de Ríos, Massu y González.
Ahora está pasando con el futbol, luego de los bicampeonatos de América, creíamos que éramos los mejores y que podíamos seguir conquistando títulos, lo que no sabíamos era que la generación dorada, algún día se iba a terminar y en ese momento iban a surgir las dudas de siempre.
Me parece que lo primero que hay que determinar, es el verdadero nivel del futbol chileno y no solo poner a la selección como referencia. Como estructura nuestro futbol, no está dentro del primer nivel a nivel mundial y no es potencia. Estamos lejos para poder equipararnos con países como Alemania, Francia, España, Inglaterra, Italia, los cuales, al margen de ganar mundiales, poseen una organización sólida y resistente en materia de infraestructura, desarrollo global y competiciones de alta exigencia. En estos países los resultados de sus selecciones van de la mano con la evolución de su estructura.
Es en este aspecto donde está la debilidad del futbol chileno y por tal razón es que los buenos futbolistas aparecen una vez cada veinte o treinta años. En esta última copa América, ha quedado demostrado de manera evidente, Chile dio muchas ventajas en materia de plantel, los suplentes no dieron el ancho y en este tipo de competencias, si no hay buenos relevos y alternativas con un nivel igual o parecido a los titulares, disminuyen las posibilidades de competir en igualdad de condiciones. Durante una año y medio él actual técnico Reinaldo Rueda, hizo los intentos de buscar el recambio y solo encontró tres reales aportes (Arias, Pulgar, Maripan ) y para la gran competencia esto es poco o nada.
Chile requiere de una cirugía en sus metodologías trabajo en las series menores, con una visión más deportiva que comercial. Cuidar la materia prima y entregarles todas las herramientas necesarias para que se consoliden integralmente como futbolistas, buscar siempre la excelencia tanto técnica como física, pero sin cambiarle su talento natural, ese que trae de la calle, del barrio, de la cancha de tierra.
Hay que buscar las fórmulas, para detener el éxodo de chicos, antes de que cumplan su etapa formativa, sacrificando a lo mejor las tentadoras ofertas económicas que llegan desde el extranjero.
Hay que potenciar las competencias internas, jerarquizarlas en todos los aspectos. Mientras esto no ocurra no habrá recambio y la posibilidad de que aparezcan nuevos Vidal, Sánchez, Medel, Aranguiz, Bravo, será difícil y cada vez más lejana
Hay que resolver las deficiencias que tienen los clubes en materia organizativa y de gestión, debemos profesionalizar la actividad en todos sus estamentos.
Por ultimo creo que es necesario tener la suficiente cautela para ponderar con equilibrio el actual momento. El cuarto lugar no es para extremar las criticas ni para invitar al pesimismo o cosas por el estilo. Chile sigue siendo una Selección respetada y creo que se ha ganado este prestigio con merecimientos, por lo cual podemos seguir confiando en que volverán las alegrías, en la medida que se corrija lo que se ha hecho mal y se siga acariciando esa mentalidad que nos inculcó Marcelo Bielsa. En hora buena
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