Rolando Matus López, en su rol de recopilador histórico una vez más nos hace llegar su colaboración, esta vez nos muestra una editorial del Diario El Sur del año 1931 que habla del estado de las carreteras de la provincia.
Sin duda hoy, a más de 90 años de la publicación, el tema en cuestión de seguro está ampliamente solucionado, con tremendas carreteras pero lamentablemente con un costo permanente de peajes que debemos pagar los propios habitantes de la provincia.
Desde fines del 2006 se inició la licitación de la actual carretera 160 con doble pista hasta Cerro Alto lo que vino a mejorar considerablemente el tramo hasta Concepción. Faltando la continuidad de doble pista hasta la IX region y Lebu capital de Arauco.
"E L S U R" Factor de preocupación de hoy y de mañana, y por el espacio de muchos años. deberá ser el progreso y cuidado de los caminos de la provincia. Justo y explicable es, entonces, que en estas columnas nos demos con frecuencia a comentar todo lo que se hace en el sentido de mejorarlos o de vigilar por su buen estado. Es indudable que la provincia de Concepción aparece en el plano topográfico, en el plano económico y social y en el mapa demográfico entre las que resaltan por su necesidad de buenas carreteras, de una red completa de rutas ferroviarias y de caminos que ayuden a salvar las distancias entre sus pueblos, muchos de ellos aislados por la ausencia de medios de transportes, y, también. para acercar a los centros de producción con los de consumo. Numerosos son los pueblos que sirven de centro a zonas feraces, ricas en diversos productos agrícolas que abastecen a los principales núcleos de población, como Concepción. Talcahuano y la zona carbonífera, con un total, dentro de un radio de poco más de treinta kilómetros, de doscientos mil habitantes. aproximadamente, con los cuales no hay otras formas de contacto que no sean carreteras primitivas, mal tenidas, las más de las veces, hasta el extremo de ser insalvables en los meses de lluvias. Podemos citar el caso de Cañete, con abundante ganadería y trigo: la región de Quiapo, donde te producen la mejor arveja del país y diversas cereales: Santa Juana. Le Florida. aledaños de Arauco. - etc. Considerables cantidades de dinero han sido invertidas en las carreteras que unen a estos distintos puntos con los centros poblados más inmediatos y con las arterias que atraen la producción hacia los mercados de consumo: pero, distribuidas en pequeñas cuotas anuales, que casi siempre son despachadas tardíamente, utilizables sólo para hacer trabajos de reparación y una que otra obra definitiva, por lo general, cuando se acerca el invierno, no se les ha podido dar una mejor utilización y, en consecuencia, han hecho imposible realizar progresos efectivos y duraderos. Se encuentra, en estos momentos, en viaje por la región de Lebu y. Cañete, el señor intendente de la provincia, estudiando todo lo que se relaciona con las funciones de su competencia. El activo mandatario encontrará por todas partes, durante su gira, aparte de sus observaciones personales, el clamor unánime y justo de los habitantes con respecto al mal estado de las carreteras. Algunas de ellas, como la que comunica a Curanilahue con Los Álamos, Lebu y Cañete, aparecen, en el presente año, en condiciones de deficiencia manifiesta, sobre todo en algunos de sus puntos difíciles de salvar y donde debieran concentrarse más atención y más dineros. Otra, como la que conduce desde Lebu a Arauco. pasando por Quiapo, que empieza desde el puente sobre el río Lebu, uno de los más valiosos que existen en la región, apenas si merece el nombre de camino. Dura es la faena de los agricultores de esta región que arrancan sus frutos a las tierras dentro de campos desamparados, que sólo ofrecen su magnífica fertilidad, pero que deben luchar con miles de dificultades, entre las cuales no es la menos importante la de transportar sus productos y de trasladarse al pueblo más cercano, que es el puerto arriba mencionado. El complemento indispensable del gran puente de Lebu debiera ser un camino más o menos transitable en toda época del año, cuya existencia, por sí sola, determinaría el incremento de los trabajos agrícolas y la mayor producción en una vasta zona llena de posibilidades de prosperidad. Podríamos todavía, citar los caminos que conducen desde la zona carbonífera, — poderoso centro de consumo, con cincuenta mil habitantes, sin tierras cultivables en sus alrededores— con los campos que los proveen de los más variados artículos alimenticios, como son loa de Arauco, Santa Juana, Pilco y los de la otra orilla del río. El camino que une a Lota con Santa Juana es toda una expresión del antiguo camino chileno, labrado sobre “las cordilleras, lleno de asperezas, bordeando, en algunas partes, barrancas de cien y doscientos metros, y del otro lado cerros abruptos, ¡sin ostentar la más leve defensa sobre e! abismo en trechos de kilómetros y kilómetros. Este último es defecto generalizado en todas las carreteras de la provincia. La misma naturaleza de sus terrenos cubiertos de cordones de cordilleras, describiendo quebradas profundas, hace multiplicarse estos pasajes llenos de peligros, donde se imponen obras de defensa, de seguridad que sólo han sido realizadas en dos o tres puntos del camino de Concepción a Chiguayante. En resumen, podemos decir que es mucho lo que queda por hacer y que, como lo expresarnos al comenzar este artículo “sólo la obra de los años permitirá dotar a la provincia de una red caminera más o menos adecuada a sus necesidades. |
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