Es hora de que nuestras autoridades dejen de ver la ciencia como un lujo o un adorno en sus discursos. Si realmente quieren un Chile más justo, moderno y humano, deben apostar por el conocimiento como motor del desarrollo.
En territorios rurales del sur, donde pequeños agricultores enfrentan suelos agotados, plagas resistentes y una crisis hídrica creciente, la genómica aplicada a cultivos podría marcar la diferencia entre subsistir o progresar.
No podemos seguir sembrando a ciegas cuando la ciencia nos ofrece herramientas para anticiparnos, adaptarnos y prosperar. Invertir en investigación es asegurar alimentos sanos, empleos dignos en el campo y un país que no se arrodilla frente al cambio climático, sino que lo enfrenta con inteligencia y decisión.
A continuación, lo que nos escribe Luis Pedro Barrueto Cidy su experiencia con Británico Cancino (Empresario rural-Kumleufu- Región de los Rios):
Es conveniente que nuestra sociedad y nuestros representantes políticos, visualicen que la ciencia, debería ser fundamental para el progreso y bienestar social de todos los habitantes del país.
Así entonces, potenciando y vitalizando las soluciones tecnológicas que se presentan en los diferentes sectores productivos: industrial, agrícola y forestal, aglutinando fuerzas políticas y económicas.
Un adecuado esquema de desarrollo de cualquier país, debiera estar acompañado de un incuestionable proceso de sinergia entre lo privado y lo público, y con ello, enfrentar de forma integrada el futuro con decisión.
Visto que, el pleno empleo es uno de los principales ítems de inclusión social.
China, por ejemplo, no salió del subdesarrollo atávico, sino, hasta cuando incorporó al sector privado a la economía global, situación muy parecida a lo realizado por USA y países europeos desde la revolución industrial en el siglo 19.
Este cambio de paradigma consistió en la generación, transformación y adaptación de los nuevos conocimientos, en la forma de productos elaborados, que satisficieran adecuadamente las necesidades y requerimientos del libre mercado.
Recientemente, fue triste y doloroso ver la falta de vacunas para enfrentar el corona virus, ya sea, por falta de tecnologías, innovaciones y recursos en esta área de la salud pública.
Es angustiante, para un paciente llegar a un hospital público y no encontrarse con: los remedios adecuados, instrumentos quirúrgicos modernos, o, la presencia de médicos especializados.
Mirando la historia, nos encontramos que, en años pasados, en Irlanda de 1850, un simple hongo (Phytphthora infestan), atacó las plantaciones de papas, arruinándolas completamente y dejando a la población en una de las hambrunas más crueles que registra la historia.
Inclusive, obligando a buena parte de la población a emigrar en masa para USA.
Lo importante, es reflexionar por la razón de que ello sucediera, y se llegará al hecho que, en esa época, no habían “defensivos agrícolas”, para combatir las enfermedades del campo, por falta de conocimientos científicos al respecto.
Esta carencia de conocimientos científico en esa época, representó un tremendo costo para el país y su población.
La genómica, es un área de la biología, que tiene por finalidad estudiar las características genéticas que están en los cromosomas, allá, en el interior del núcleo de las células de los organismos vivos: hombre, animales, plantas, amebas, etc.
Un área de la genómica es la “edición génica”. La edición génica es una tecnología que consiste en remover y sustituir fragmentos de DNA (genes), específicos de una célula, ya sea, para corregir una deficiencia o aumentar la eficiencia de una característica.
Así nos encontramos en estos tiempos, que la genómica está penetrando cada vez más la vida de los genes humanos en términos de salud y agricultura, haciendo esta más eficiente y sustentable
En el caso humano, por ejemplo, el envejecimiento, presión alta y canceres diversos, serian menos críticos si las características de los 46 cromosomas del hombre, fueran más conocidas por la ciencia: cromosoma por cromosoma.
En Chile por ejemplo sabemos ¿qué características suigéneris tiene el genoma humano, ya sea en el norte, en el centro o sur del país?
Oh, ¿no hay diferencias? En sus 17 millones de habitantes, no obstante, la “mistureva” racial que el país ha experimentado.
Siendo así, ese nuestro genoma no podría ser puro, sino que, hibrido, es decir, con características genéticas tacitas o dominantes, debido a que tendría varias procedencias raciales.
Son miles de personas que esperan poder trasplantarse un riñón, corazón, hígado etc. a la espera de un donador compatible con su sistema genético, para evitar con ello, el rechazo de su organismo a tales órganos exógenos.
Un rechazo de un cuerpo, tiene que ver con el genoma de la persona receptora, que va producir anticuerpos para esos órganos ajenos que va recibir, implicando en el tiempo con la muerte del paciente.
Se tendría que, los cuidados médicos serían más eficientes y personalizados en termino de diagnóstico y test clínicos.
Todo sería más eficiente si a diversidad de genomas fuese conocidos en cualquier lugar del mundo.
Actualmente con la técnica de la “edición génica, es posible manipular el genoma y disminuir el riesgo de los rechazos y las personas podrían vivir más años.
La inquietud se genera, si es posible saber en Chile, cuantos hospitales, centros de investigación, universidades, o clínicas particulares conocen o dominan la técnica.
Recientemente una noticia de China, nos asombró. En un hospital del país, un equipo médico hizo un trasplante de hígado, en una persona con hígado de cerdo. !!Caramba de cerdo!!!
Adicionalmente hay que tener claro que no es fácil encontrar donadores de órganos en momentos críticos de un paciente.
En medicina, ya se conoce que riñones, corazón, hígado de cerdos pueden ser usados para ser trasplantados como órganos humanos.
Es necesario mencionar que en el año 2020 médicos americanos hicieron trasplantes de corazón de cerdo a un ciudadano.
Por supuesto que, se tuvo la preocupación de que el genoma del animal, fuera adaptado al del paciente, lo cual, exigió una grande pericia tecnológica y científica.
Hay que entender, que no se trata de cerdos comunes y corrientes, sino que cerdos seleccionados y provenientes de laboratorios.
Pasando a otro tema, las conquistas genómicas y biotecnológicas han llegado también a la agricultura, mejorando el desempeño de las cadenas productivas, mejorando el crecimiento sustentable del sector.
Especialmente en el área del mejoramiento y fisiología de los cultivos, para elevar la productividad y valor agregado en: soja, poroto, maíz, trigo frutas, batatas, algodón, caña de azúcar, etc. beneficiando y estimulando al productor rural y al mercado consumidor.
Y en el área de las forestas, el eucalipto también no queda atrás por su impacto en la industria del papel, muebles, maderas, farmacología y miel.
Pena, que no podamos decir lo mismos, de los variados representantes del bosque nativo, cuya genómica es poca conocida, a pesar de su gran impacto en la ecología ambiental y alarde nacionalista.
Inclusive la genómica, biotecnología y bioeconomía son una promesa de nuevos genomas para ampliar la frontera agrícola del país para el norte árido o extremo patagónico frio.
Con el objetico claro y preciso de fomentar una agricultura sustentable, ósea, una agricultura que contemple la dimensión económica, ecológica y social.
Finalmente, se requiere de profesionales calificados y mejores presupuesto para la investigación, siendo ello, fundamental para nuevos “insight” y desafíos de Chile, sus Universidades y Centros de Investigaciones.
La sustentabilidad, competitividad y empresarios del sector agroforestal, son factores fundamentales para generar divisas para Chile, ya que, algún día los dólares del cobre no estarán.
Por eso todos unidos, criando puentes como decía el “Papa Francisco”, entre opinión pública, sector público y privado, fortaleciendo el desarrollo científico y tecnológico del país, para terminar con esa ataraxia histórica que nos ha caracterizado en materia de crecimiento y prosperidad.
Por otro lado, la opinión pública nacional se ve más organizada, informada y educada y con ello, exigir demandas inmediatas o potenciales en dirección del mundo fiscal y privado para aumentar nuestro raquítico PIB.
Y no solo eso, la inserción en la revolución tecnológica y la conciencia de la amenaza climática que vive el planeta, nos obliga como país, a ser actores también y no meros espectadores abúlicos en este ecosistema global.
En resumen, Chile tiene que saber más, producir más y exportar más porque, sin una economía fuerte y competitiva que incluya al sector privado, no habrá desarrollo social ni económico, lo cual, es una dolorosa improbidad.
Esto, no apenas ha sido dicho por Milton Fridman, una lumbrera del liberalismo mundial, sino que también, por Pepe Mujica en Uruguay, un líder indiscutible de la izquierda latinoamericana.
Esto lo vemos cada día más confirmados por los chinos, inundando nuestros mercados con su economía mixta, usando el sector privado y publico como motor del progreso nacional.
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