'La inhibición del pensamiento crítico o racional, algunos psicólogos modernos, proclaman que la sociedad contemporánea está quedando más estúpida', es parte de lo que nos escribe hoy Luis Pedro Barrueto.
La sabiduría comienza con la duda (S. Freud).
Este siglo 21 es interesante en sus contrastes. Rara vez tuvimos tanto acceso a la información vía internet, formularios, Smart-celulares, redes sociales etc.
Sin embargo, la desinformación es mayúscula, abundante en superficialidad, rumores, fake news, diversidades de opiniones y así, ni sabemos si el estado esa cumpliendo con sus funciones de tratar bien a la población.
Pues, sabemos que la maquina publica chilena, con su corporativismo enraizado, ha institucionalizado el nepotismo en lugar del mérito y la igualdad de oportunidades.
Por eso, constituyéndose esto, en una dolorosa improbidad y una odiosa discriminación de beneficios, en la ocupación de la administración pública, desafiando al pensamiento crítico y a lógica jurídica.
En esto, de tratar bien a la población conforme los gobiernos de turno, algunos dicen que sí, con mucha certeza, otros dicen que no, con la misma convicción.
Y en esta polvareda toda, surge la manipulación de la información y de la verdad año tras año, conforme el humor y el lado político de los internautas y su grado de adrenalina.
En cuanto eso, Chile espera por un crecimiento más próspero, justo y tecnológico y no apenas extractivista.
El problema es que la certeza es enemiga de la tolerancia, de la duda y del dialogo en detrimento de la democracia.
En este contexto, el pensamiento crítico también es colapsado, o inhibido, como herramienta del saber y del progreso epistémico y neotérico.
Por esta inhibición del pensamiento crítico o racional, algunos psicólogos modernos, proclaman que la sociedad contemporánea está quedando más estúpida.
Esto, exactamente en el momento, que las maquinas están quedando más inteligente que nosotros, en virtud de la inteligencia artificial.
Visto que estas, las maquinas, no tienen conflictos internos, traumas reprimidos que puedan influenciar sus vidas o desempeño, conforme un amigo psicólogo & psicoanalista me cuenta.
En esta línea de raciocinio Umberto Eco, escritor y filósofo italiano contemporáneo, alertó que las redes sociales dieron voz a legiones de imbéciles.
Pues, opiniones dan cabidas, antes formuladas en una mesa de bar cualquier, ahora se expresan en redes sociales en condiciones de igualdad ilusoria con la de profesionales serios y responsables en este colonialismo digital.
Sin duda, que pensar y opinar hoy, es un acto político necesario y un derecho ciudadano.
Sin embargo, la responsabilidad cívica es fundamental, y no será la tecnología por sí sola, las que nos salvará, con su base algorítmica y lógica binaria.
Por el contrario, será, una base humanista y una ética cristina de la comunicación la que podrá evitar que, verdad y mentira tengan el mismo valor.
Siendo así, contribuyamos para una democracia más saludable, irradiando un pensamiento crítico de forma lógica y objetiva, en vez de dejarse llevar por emociones y preconceptos.
Con el pensamiento crítico, surgirá la duda, y con eso, la subsecuente revisión de ideas.
Y siendo así, sucederá, el abandono de dogmas, por consiguiente, más dialogo y reconciliación con la armonía ciudadana, para un Chile más desarrollado y menos tercer mundista con tantas carencias.
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