La historia de crueldad de la dictadura de Pinochet aún no se termina de escribir, la justicia, a pesar de todo la negación de sus protagonistas, ha logrado desenmascarar la confabulación que terminó con el Magnicidio del ex presidente (1964-1970) Eduardo Frei Montalva. Joanna Pérez, vicepresidenta del PDC y diputada de nuestra zona, nos escribe al respecto:
La noticia sobre la decisión del juez Alejandro Madrid de condenar a seis personas por el homicidio del Presidente Eduardo Frei Montalva no puede pasar como la simple corroboración de un crimen más de la dictadura.
Después de 17 años de horrores, durante los cuales miles de familias chilenas sufrieron la pérdida de uno o más de sus seres queridos como consecuencia de la represión, no es posible aceptar que el país se haya acostumbrado a considerar la brutalidad de estos actos como si fueran parte de la normalidad.
El fallo respecto del homicidio de Eduardo Frei Montalva es especialmente grave porque no se trata de una víctima más del régimen encabezado por Pinochet, sino de un ex-Presidente de la República que tenía la estatura moral para enfrentarse a la dictadura y unir a la oposición para terminar con ella.
Es probable que los más jóvenes no recuerden sus obras como lo hacen los mayores, que sienten una profunda añoranza por el país nuevo que construyó tan solo en seis años. En tiempos de la Guerra Fría, cuando Estados Unidos y la Unión Soviética sostenían su enfrentamiento a través de otros países, Frei fue capaz de plantear y desarrollar la idea de la Revolución en Libertad, es decir impulsar grandes transformaciones sin sacrificar los derechos de las personas ni su dignidad.
Fue Frei quien promovió la reforma agraria que le dio dignidad y oportunidades a miles de campesinos, en su gobierno se desarrollaron las juntas de vecinos y los centros de madres que ayudaron a fortalecer el tejido social que más tarde fue destruido por la dictadura, creó las viviendas sociales y chilenizó el cobre para que los frutos de la tierra sirvieran al país en lugar de las transnacionales. Frei puso a Chile como un ejemplo ante el mundo de que era posible un sistema que no fuera liberal en extremo ni marxista, que eran las únicas opciones que parecían tener viabilidad en esos años.
El enorme prestigio que tenía dentro y fuera de nuestras fronteras lo elevaron a la condición de enemigo infranqueable para el autoritarismo de la dictadura y la única posibilidad de vencerlo era recurrir al homicidio, para lo que tuvieron que recurrir a la traición de personas de su círculo íntimo. De no haberlo asesinado, era probable que la figura de Pinochet hubiera terminado mucho antes.
Esa es la gravedad de lo que hemos conocido a partir del fallo del juez Alejandro Madrid. No se trata solamente de la muerte de una persona, hay miles de chilenos que aún esperan saber qué ocurrió con sus amigos y familiares desaparecidos, sino de la destrucción de un símbolo capaz de unir a los chilenos tras la bandera de la democracia. Matar a un ex-Presidente de la República, una figura incuestionada, es claramente un magnicidio y hay muchos aún que se permiten poner en duda un fallo judicial simplemente porque no son capaces de soportar el grado de perversión que tuvo la misma dictadura que los favoreció con las privatizaciones y el abuso de poder.
Por ello también es necesario reconocer a muchas figuras que han luchado por conocer la verdad de tantas vidas y atropellos que dejó la dictadura, que no puedo desconocer el trabajo, la tenacidad y convicción de Irene y Carmen Frei para con su padre.
En cuanto a nuestra provincia, Arauco siempre fue una zona muy querida por Eduardo Frei Montalva y en ella trabajó incesantemente por la dignificación de los campesinos y mapuche, por quienes sentía un profundo cariño, por lo que aún hoy día, medio siglo después, lo recuerdan con profundo respeto y admiración, muchos no siendo de su partido, así como también los que fueron sus camaradas y que le seguían por ser el espíritu de esa patria, esa patria de todos, la patria joven que recuerdan con alegría y nostalgia.
Cómo partido estamos muy agradecido de Carmen Frei, que a pesar de su dolor personal y de haber ya desarrollado una importante carrera política propia, ha regresado a asumir tareas de conducción en su partido, ayudando con su experiencia, sensibilidad y conocimiento a la formación de los militantes en el mismo camino abierto por su padre que quería que la DC fuera una verdadera comunidad de hombres y mujeres unidos por el servicio a los demás y a los principios de la democracia y la libertad.
JOANNA PÉREZ OLEA
Vice Presidenta Nacional PDC
Diputada
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