Luego de ver la reacción de los chilenos y de sus máximas autoridades a raíz del vice campeonato del futbol femenino en la Copa América y la clasificación para el mundial de la categoría el próximo año en Francia, más un repechaje para los juegos olímpicos de Tokio 2020, es bueno poner las cosas en su lugar.
Me parece injusto e incorrecto que este logro alcanzado por estas chicas, haya provocado tal grado de efervescencia y entusiasmo, que el Gobierno esté comprometiendo su apoyo a la Anfp, para desarrollar con fuerza el futbol femenino en todo el país. Que no se tome como que estoy en contra que las mujeres jueguen y practiquen futbol, por el contrario me alegra que se haya producido esta reacción, porque esta selección femenina se lo merece, después de muchos años, luchando y buscando un lugar importante en el deporte chileno. Debo reconocer que el progreso y el nivel que han conseguido estas chicas en los últimos cinco años, ha sido sorprendente por decir lo menos.
No obstante, hay otras disciplinas colectivas que también han ganado Sudamericanos y Mundiales, el caso de basquetbol infantil y el hockey en patín(las marcianitas) y que no han tenido la misma resonancia y el mismo fervor, cayendo en el inevitable papelero de la memoria, y lo que es peor, no han recibido ningún cariñito del gobierno de turno.
Aunque esta triste realidad parezca desigual y poco ecuánime, hay que reconocer que el futbol recibe un trato distinto, cuando se trata de celebrar triunfos y objetivos logrados. Somos un país futbolero y no deportivo, convengamos que después del Mundial del 62, era poco o nada lo que nos había hecho disfrutar, fue sólo en la última década que nos dio alegrías y satisfacciones. La historia deportiva de Chile, tiene más páginas gloriosas en otras disciplinas que no son tan conocidas y la gente no lo recuerda o no lo sabe. Pero como el futbol es el deporte más popular, la memoria es más generosa y el reconocimiento es más mediático y con más parafernalia.
No debiera ser así, pero el chileno se deja llevar fácilmente por el sensacionalismo de los medios de comunicación, los cuales se suben generalmente al carro de la victoria. Es bueno que los triunfos y los logros deportivos, se celebren en su verdadera dimensión, pero es malo que solo el futbol, logre encandecer al Gobierno, esto nos hace pensar que el futbol tiene privilegios. Todos los deportes que consiguen títulos importantes, merecen un apoyo más consistente en el tiempo y no solo cuando el objetivo está conseguido.
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