Me gustaría primero que todo, conceptualizar el punto de vista desde una perspectiva aterrizada, respecto de nuestra realidad deportiva. Los Juegos Olímpicos de la era moderna representan para Chile y sus deportistas, un sueño casi imposible de cumplir e materia de medallas, exceptuando la tan celebrada y recordada hazaña de Massu y Gonzalez en Atenas 2004.
Creo que es necesario entonces, establecer como premisa, esta penosa y triste realidad, para analizar objetivamente esta última participación de nuestro país en Rio 2016. Por ahora lo del Deporte Chileno en la máxima fiesta del Deporte Mundial sigue siendo un mero objetivo de participación y no de competición, como que el conformismo supera cualquier intento más ambicioso y hace que una medalla solo sea una quimera.
No obstante conviene puntualizar, que esto no es culpa de los deportistas, sino que es producto de nuestra equivocada y desinteresada política de Estado en relación al deporte competitivo. Mientras no se produzcan cambios sustantivos en esta materia, no se podrá modificar esta cruda realidad, la cual para algunos es difícil aceptar, pero que cada cuatro años nos pone los pies en la tierra.
Muchos se han llenado la boca, diciendo que actualmente los deportistas de alto rendimiento, reciben mucho más aporte gubernamental que antes, lo cual es innegable, pero lamentablemente es insuficiente y vergonzosamente mal administrado por cada una de las federaciones. No se puede pretender un cambio de rumbo, si no existe la voluntad política para invertir en medallas olímpicas, así como lo han hecho Brasil, Colombia y Cuba, por nombrar algunos países de este lado del mundo.
Barbara Riveros, Tomas Gonzalez, Natalia Ducó y Kristel Kobrich, han demostrado que con recursos económicos y buenas condiciones de infraestructura, se puede aspirar a cosas mayores. Ellos se las arreglan para desarrollar su preparación en Centros Deportivos de Alta Competición en el extranjero, y por eso los resultados de estos deportistas destacan por sobre el resto, salvo contadas excepciones.
Es responsabilidad del Estado de Chile, implementar una política definitiva respecto al Deporte de alta competencia. Ya es hora que el Gobierno se comprometa de una vez por todas con aquellos chilenos y chilenas que sueñan con medallas. Si esto no ocurre y se sigue reduciendo el presupuesto cada año, por favor dejémonos de opinar estupideces y criticar a los deportistas, quienes sólo son las victimas del sistema.
Decir que la actuación de los chilenos ha sido un fracaso y decepcionante es de una ignorancia patética. Lo peor es que yo lo escuchado y leído en la prensa, en labios y plumas de Periodistas deportivos, y eso me parece aún más grave, porque distorsiona la realidad e incide en la opinión pública.