Los últimos resultados conseguidos por el futbol chileno en los torneos Sud Americanos sub 20 y sub 17, dejan de manifiesto una triste y preocupante realidad de cara al futuro.
Desde un tiempo a esta parte, son muchos los cuestionamientos que se ha hecho al trabajo formativo de los clubes y de las innumerables escuelas o academias repartidas por todo el territorio nacional, pero poco y nada se ha hecho para encontrar las fórmulas, que permitan cambiar el rumbo, en busca del mejor camino al desarrollo definitivo
De nada sirve, hacer evaluaciones, análisis o diagnósticos, si no se apunta a la solución concreta. Está claro que se debe modificar la estructura e implementar cambios profundos y estos deben ir acompañados de ideas claras y precisas en el trabajo formativo con pautas y objetivos mas ambiciosos. Me parece que lo primero, es modificar la mentalidad de que un joven futbolista de 16 años no puede debutar en el primer equipo, porque aún no ha quemado las etapas y padece de preparación para tal exigencia, esto es un groso error, una aberración incomprensible. Un niño que reúne y muestra condiciones innatas superior a la media, requiere de una atención especial para acelerar su desarrollo y que cuando llegue a juvenil, venga con las herramientas que se necesitan en el alto rendimiento.
No es posible que, en nuestro futbol, no existan competencias para el futbol joven de acuerdo a la exigencia de los tiempos en que vivimos, un futbolista en formación requiere competividad permanente, mayor exigencia física, técnica y táctica, esta es la única manera de que lleguen mejor preparados cuando el técnico de primer equipo lo necesite para integrarlo al plantel.
Estas últimas participaciones de las selecciones menores a nivel internacional, dejan en evidencia, que, en vez de avanzar, estamos retrocediendo, mientras países como Ecuador, Colombia y Venezuela han encontrado el camino del desarrollo en esta materia, nosotros seguimos sin dar con la receta.
Sabemos que no es tarea fácil, porque son muchas las correcciones que se deben hacer, pero creo que lo primero que hay que abordar, es el aspecto docente y académico, hay que buscar técnicos idóneos y no sólo ex futbolistas que por muy buenos que hayan sido, no garantizan una enseñanza integral. Esto debe ser el primer peldaño de una escalera que evidentemente tiene varios otros peldaños, como, por ejemplo, mejores remuneraciones, mejores canchas, buenas instalaciones para entrenar, buena alimentación, etc.
Por último, ya es hora que el técnico de la Selección mayor, asuma una mayor injerencia en las selecciones inferiores, especialmente la elección de los entrenadores y en la supervisión total del trabajo de cada uno de ellos. En este caso Berizzo debería ser el jefe, y quien entregue las directrices. El desafío para los dirigentes está planteado y me parece que mientras más rápido se apronte, mucho mejor, porque el recambio no puede seguir esperando.
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