Se había creado y generado un ambiente tan optimista, con expectativas desmesuradas, que la resolución de la FIFA en torno a la denuncia de Chile por un jugador mal inscrito en la selección de Ecuador, provoca una desilusión que a mi juicio, resulta injustificada, considerando las circunstancias y el momento un poco tardío en que se presentó el reclamo por parte de Chile.
A despecho de todos los argumentos puestos sobre la mesa, respecto a la nacionalidad Colombiana del jugador Byron Castillo, el cual jugó por Ecuador sin tener la nacionalidad Ecuatoriana, me parece que en este caso primó la justicia deportiva por sobre todas las cosas ya que el escenario era complejo para que el organismo rector del futbol mundial, permitiera que un fallo contrario ocasionara un dolor de cabeza en los preparativos y en la organización de la copa del mundo en Qatar, faltando solo cuatro meses.
Desde este punto de vista, no vale la pena escarbar en detalles si lo que hizo Chile fue bueno o malo, lo que sí es imperativo señalar, es que si hay una irregularidad en materia reglamentaria, esta debe ser sancionada legal y jurídicamente de acuerdo a los estatutos de la FIFA, no se puede aceptar que un jugador de un país juegue por otro sin estar nacionalizado. En eso creo que no hay discusión alguna.
En el aspecto deportivo yo no tengo dos lecturas, la mejor justicia en el futbol está en la cancha, y en este aspecto, Chile no tiene nada que decir, fuimos séptimos y no hubo capacidad futbolística para ganarse el derecho de participar en el mundial. No reconocer nuestras limitaciones en esta materia, es impedir dar vuelta la página y enfocar toda la preocupación en un nuevo ciclo de nuestro futbol y especialmente en el vilipendiado recambio en la Selección Nacional. Para tal efecto, hay que apostar todas las fichas al nuevo proceso encabezado por Eduardo Berizzo, el cual no ha comenzado con el pie derecho en cuanto a resultados se refiere, no obstante es absolutamente necesario confiar en este proyecto, porque no podemos desviar el camino en busca de objetivos futuros, hay bastante trabajo por hacer y es mejor pensar en conseguir el anhelado recambio de futbolistas y que esto vaya de la mano con el desarrollo global de nuestro futbol, para pensar en una nueva aventura mundialista el 2026.
*** SIN COMENTARIOS INGRESADOS***