Se podrán decir muchas cosas y hacer múltiples y variados análisis, sobre todo en materia futbolera, sin embargo este histórico tetracampeonato de la U.C. Es más que un nuevo título, es la contundente comprobación de que los éxitos deportivos no se consiguen solo con ganar partidos y perder lo menos posible, acá hay un trabajo mancomunado de todos los estamentos del club, el cual se viene realizando desde hace muchos años, con un proyecto claro, definido y lo más importante, hecho con seriedad y responsabilidad.
Sin desconocer los méritos deportivos de su cuerpo técnico y plantel de jugadores, es de justicia reconocer la notable gestión directiva que ha estado a la altura de esta institución como pocas existen en el continente y que merced a su tradición valórica y de principios, nunca ha desviado el camino a pesar de algunos malos momentos propios del deporte y del futbol. Siempre he destacado este aspecto, porque tuve la oportunidad de conocer este club en mi periodo como reportero radial y en aquella época nunca me dejó de sorprender toda su grandeza institucional, con una infraestructura que es lejos la mejor del país y dentro de las más importantes de este lado del mundo.
Hace un tiempo, con motivo del tricampeonato escribí y ahora más que nunca lo ratifico, clubes como la Universidad Católica son un orgullo para el país, ellos dignifican el deporte chileno, y en estos tiempos con tantas triquiñuelas administrativas, los cruzados han mantenido de manera inalterable su proyecto y sus objetivos. No hay mejor receta que ser consecuente con los lineamientos generales del club y aplicarlos con absoluta convicción, no es fácil hacerlo, pero sus directivos entendieron que no existe otra que trabajar y perseverar en la formula, la cual hasta el momento ha dado éxitos y alegrías a sus socios, hinchas y simpatizantes. No es coincidencia que se hayan obtenidos cuatro títulos consecutivos con cinco entrenadores distintos.
Bienvenida la Universidad Católica al selecto grupo de los tetracampeones del futbol chileno. “Por la patria, Dios, y la Universidad”
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