Mucho se habla de la delincuencia en nuestro país, pero poco o nada se hace en materia legislativa para frenarla o disminuirla. Pasan los años, cambian los gobiernos, se eligen nuevas autoridades, se contratan cada año más carabineros, se compran más vehículos y se le entregan equipos de última tecnología a las policías y a pesar de todo esto, el lumpen y los delincuentes siguen tomándose las calles y no sólo de las grandes ciudades. Entones la pregunta es más que obvia.
¿Dónde está el problema?
Cuando se hacen encuestas, las respuestas son diversas y cada cual enfoca el tema con tintes políticos, lo que en el fondo se transforma en un debate partidista, lo que no contribuye a buscar y encontrar una solución definitiva. Mi modesta opinión es que de nada sirve, perseguir, investigar y encontrar a quienes cometen delito, si el castigo no es lo suficientemente ejempla rizador; cuando hablo de castigo me refiero a la sentencia judicial.
La seguridad manifestaba como una necesidad vital del ser humano, debe ser una premisa que concite transversalidad, sin embargo generalmente el tema se politiza y los medios de comunicación ayudan a la tergiversación, lo que suele confundir a la opinión pública. Estamos insertos en una sociedad donde las personas dicen vivir en una realidad en la que la comisión de delitos ha crecido a niveles alarmantes y donde supuestamente las instituciones públicas, especialmente los tribuales de justicia no tienen mayor control, ni se hacen cargo del problema. Habitualmente se escuchan declaraciones en contra de los jueces o fiscales, endosándoles responsabilidad en los procedimientos y en las sentencias, lo que a mi juicio ocurre por ignorancia o desinformación, ya que en estricto rigor, los fiscales se apegan a las leyes vigentes para ejecutar un procedimiento y los jueces hacen lo mismo en el caso de las sentencias.
La mayoría de los gobiernos ponen énfasis en perseguir, investigar, encontrar y detener a los delincuentes y es bueno que así sea, pero todo este aparataje no tiene ningún sustento si después la justicia no hace su trabajo de acuerdo a las circunstancias. No hay justicia si no existen leyes que lo permitan. Son muchos los casos de injusticia donde no existe relación entre el delito y la sentencia, y lo que es peor en algunos delitos ni siquiera se detiene al delincuente, aunque se encuentre con las manos en la masa.
Así las cosas, fácil resulta entender que el problema está en la legislación vigente, por leyes mal hechas u obsoletas y que inexplicablemente no se corrigen o no se actualizan, me gustaría saber que impide que el poder legislativo y sus parlamentarios no sean capaces de darse cuenta que si no hay leyes justas es imposible tener justicia en todo el sentido de la palabra. Ya es hora de hacer un cambio radical en esta materia, porque actualmente en este país los delincuentes se sienten protegidos por la ley, o sea el mundo al revés.
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