A dos meses del brote epidémico del Covid-19 en Chile, muchos ciudadanos siguen mostrando conductas que no van acorde a la gravedad de la situación y que para el común de los chilenos son incomprensibles.
Una de las respuestas podría ser, que se espera que todos practiquemos conductas no aprendidas. En primer término, desde hace muchos años en Chile se vive con bastante desequilibrio la relación entre derechos y deberes en toda índole de cosas. Que se ve muy bien reflejado hoy en lo que pasa con la salud, en que todos sabemos que es un derecho, pero a muchos se nos olvida que este derecho trae consigo algunos deberes y en la situación actual, estos nos obligan a seguir lo que dicta la autoridad sanitaria.
También se espera que todos practiquemos el autocuidado, cuando nuestro modelo de salud ha navegado por muchos años por las aguas del asistencialismo, en que su rol principal se orienta más a tareas curativas que preventivas en que éstas últimas se deben promover desde la salud primaria, sector que no se valora como corresponde y que sigue siendo el hermano pobre del sistema.
Estas, probablemente sean algunas respuestas, pero con ello no estoy justificando a nadie, porque nunca es tarde para aprender. ¡Y aquí nos tienen, desobedientes totales! Sumado a esto, en el transitar por esta epidemia seguimos tropezando con situaciones que nos confunden, como algunos dichos y comportamientos desafortunados de algunas autoridades.
El ejemplo más patético de ello, es el repetitivo y cansador reporte epidemiológico diario en que se hacen para bien o para mal comparaciones con otros países, sin tomar en cuenta que no todos tienen los mismos recursos y sus sistemas de salud en muchos casos son más precarios que el nuestro y no somos capaces de valorar el máximo esfuerzo que están haciendo sus gobiernos para proteger a su población con lo poco que tienen. Y hacer más test tampoco sirve de mucho si no somos capaces de utilizar bien esa fuente de información. En el resultado final test más o test menos, lo que va a quedar en nuestra historia es la mortalidad causada por el Covid 19 en relación a la población total.
También es bastante temerario garantizar que a nadie le va a faltar su ventilador mecánico, cuando no sabemos cuántos lo van a necesitar y lo más complejo es que no se puede garantizar la existencia de recurso humano suficiente, bien capacitado y con experiencia, disponible para su manejo. Y aunque nos duela, también va a llegar el día en que los equipos médicos tendrán que enfrentarse al temido dilema ético de la última cama.
Algunas autoridades retan a sus desobedientes a que se vayan a otras comunas. Pero ¿Por qué castigar a esas 'otras comunas' en que sus habitantes se están cuidando? ¿Pero, sabe amigo desobediente? Si lo cansa el encierro y 'necesita' salir a tomar aire lo comprendo plenamente y lo aliento a que lo haga y si está contagiado y además aprovecha de desparramar sus virus por todos lados hasta lo aplaudo, pero váyase a otro planeta y ojalá lo encuentre deshabitado.
¡Y en ser inconsecuentes sí que la llevamos¡ Hablamos pestes de los hospitales y sus funcionarios, pero andamos haciendo méritos para llegar a ellos. Muchos pensamos que la información epidemiológica que nos entregan no es real y que la situación es más grave de lo que la pintan, pero no somos capaces de adoptar las medidas de autocuidado que con tanta insistencia nos recomiendan.
Entendamos de una buena vez por todas que el virus es nuestro enemigo y está alerta esperándonos en la calle, con su mejor camuflaje, que es ser invisible y no sabemos por donde nos atacará. Como la contienda es desigual, debemos usar nuestra mejor estrategia para defendernos y ésta es hacer la del soldado, esa que dice 'soldado que arranca sirve para otra guerra' no nos enfrentemos al virus que lleva todas las de ganar, quedémonos en nuestras trincheras, evitemos salir innecesariamente de nuestras casas.
Si por razones muy bien justificadas Usted debe salir de su trinchera hágalo, pero con mucha responsabilidad. Use su mascarilla en forma correcta aunque le resulte incómoda, no es adorno para el cuello y como somos respiradores nasales siempre debe cubrirse la nariz, porque cada vez que inspiramos podemos estar llevando aire contaminado sin escala hasta el último rincón de nuestros pulmones. Que sus salidas sean bien planificadas, breves y lo menos frecuente posible. Evite salir en grupos o con niños, si nos los puede dejar en casa ellos también deben usar mascarilla. Mantenga su distanciamiento social. Trate de tocar el mínimo de superficies posibles, si puede abra puertas empujándolas con el brazo, no toque productos que no va a comprar. No bote mascarillas ni guantes en la calle.
Como en teorizar no hay engaño, aquí voy a exponer mi propia teoría, pero desde otra lógica, que se origina de la incógnita si fue primero el huevo o la gallina. No debemos caer en el error de sacar conclusiones sólo de lo evidente, que es pensar que los contactos de un caso confirmado quedan de alta con sólo cumplir cuarentena preventiva de 14 días. Es muy necesario que a todos ellos se les haga el exámen de PCR, pero para mejorar su rendimiento, se los aplicaría más o menos al sexto día de su cuarentena, es muy probable que en esos grupos encontremos muchos casos asintomáticos y que el contagio fue a la inversa. Debemos trabajar arduamente en tratar de identificar más casos asintomáticos que son los que al final van a inclinar la balanza.
'EL RESULTADO FINAL DEL PASO DEL COVID 19 POR NUESTRO TERRITORIO, NO ES RESPONSABILIDAD DEL GOBIERNO, SINO QUE LA SUMA DE LAS ACCIONES CADA UNO DE NOSOTROS'
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