¡Que lindo hubiera sido que el título de este artículo fuera “AL MAESTRO CON CARIÑO”, pero es lo que es no más.
Para hablar del MAESTRO es imposible no remontarme a mis primeros años de estudiante ¿Por qué saben de qué vamos a hablar? Sí, de eso mismo, del profesor.
No saben la alegría que sentí el día que supe que estaba matriculada para ingresar al colegio. Ni dormía pensando como sería esta nueva experiencia, hasta que al fin llegó mi primer día de clases y recuerdo que no lloré, pero como no, si fui con ventaja, porque a esa misma escuela, la de Niñas Nº2 ya estaban asistiendo mis tres hermanas mayores que de algún modo serían mis guardianas.
En esos tiempos al profesor se le daba el trato de “MAESTRO”, que a los ojos de un niño era casi un héroe. Eran objeto de admiración, cariño y profundo respeto de parte de todos sus alumnos y también de sus apoderados. Cuando pasaban a nuestro lado irradiaban autoridad. Nuestros padres depositaban en ellos toda su confianza y les daban amplias atribuciones para corregirnos con firmeza si teníamos mal comportamiento. Esta sola recomendación era suficiente persuación para que anduviéramos por buen camino. Recuerdo que mi profesora, la Sra. Teresa Cameron siempre nos decía: “Si el árbol va creciendo chueco, hay que enderezarlo desde chiquitito”. Ellos tenían la loable misión de formarnos académicamente y entregarnos los valores que nos convertirían en individuos útiles a la sociedad. ¡Y curioso¡ No fuimos generaciones de resentidos, traumatizados ni nos llevaban al Psicólogo. Había un perfecto matrimonio entre el profesor y las familias que funcionaban formando un solo equipo, los padres y apoderados se comprometían de verdad y con las pocas herramientas que tenían eran capaces de reforzar en forma permanente la educación y los valores de sus hijos en casa.
¡Qué tiempos aquellos y que pena! Porque ahora el profesor es un profesional muy poco valorado, al que en algunos casos no se quiere, respeta y mucho menos se admira. Vive en permanente stress por incomprensibles exigencias laborales y por la incertidumbre de ser víctima de graves agresiones de sus propios alumnos que reciben el amén de sus padres y también son agredidos por apoderados.
Vergonzosa y mezquina la forma en que los ha tratado el Estado, en que la mayoría de ellos ocuparon parte importante de su trayectoria profesional esperando el pago de una deuda que nunca se concretó, sí el pago de la deuda histórica. No conozco de donde salió ese nombre, o tal vez fue la premonición de un hecho que sólo pasaría a la historia, sin pena ni gloria
A otros tantos les llegó la edad, no los acompañó la salud y no pudieron seguir esperando hasta la eternidad el esquivo Incentivo al Retiro y tuvieron que jubilar sin poder recibirlo. ¿No deberían entregárselo igual si ya estaban jubilando en el período que les correspondía?
Y como parece que la vergüenza no es poca, en el presente tenemos otro importante grupo de profesores sin poder jubilar, porque recién están terminando de pagar el Incentivo al Retiro del año 2016. ¿No estarán muy acelerados? Estos trámites están generalmente en manos de jóvenes que no tienen conciencia ni les importa la urgencia que reviste este trámite para el que quiere retirarse, que ya se encuentra cansado y muchas veces enfermo.
! HASTA CUANDO EL ABUSO! Apuremos la causa, el profesor asistió puntual para atender a sus hijos todos los días y a lo mejor ese hijo no está haciendo las gestiones con la premura que se requiere para que a ese profesor se le pague con puntualidad su Incentivo que está muy bien ganado y pueda salir a descansar y a disfrutar los últimos años de vida que le quedan.
Ahora que estamos en un mundo globalizado, tenemos la posibilidad de conocer otras realidades de la que estamos muy lejos de parecernos: donde admiran, destacan y respetan a sus profesionales, a sus artistas, su arte, su cultura y a las personas mayores. Y acá sólo nos vamos en floridos y vanos discursos, aspiramos al desarrollo, pero olvidamos a la educación como su fuente de energía y no cuidamos ni valoramos al principal motor que lo impulsa: AL PROFESOR.
Ojalá no pasen muchos años para que recuperen el sitial que merecen y ver renacer cual ave fénix de sus cenizas, “AL MAESTRO CON CARIÑO” o a nuestro querido profesor.
UN CORDIAL SALUDO DE ADMIRACION A TODOS LOS PROFESORES DE CHILE