Notable relato de nuestro colaborador Francisco Flores, cuya actividad laboral es conducir un bus del Transantiago, donde nos muestra como se vive y sobrevive en Santiago una "celebración" del "Día del Joven Combatiente", que a esta altura está muy lejos de conmemorar u homenajear a jóvenes idealistas, transformándose más bien en actos vandálicos en contra de su propia gente.
ACÁ EL RELATO (no exento de cierta fantasía e ironía, pero que perfectamente podría suceder como lo cuenta):
A eso de las 22 horas me corresponde salir en una de mis últimas vueltas y en la Parada de El Cortijo (Arboleda) con Barón de Juras Reales había bastante gente porque hacía rato que los buses de SuBus se habían retirado para no tener problemas .
Luego nos acercamos al cruce de Barón de Juras Reales con Zapadores y desde lejos vi varias fogatas hechas con madera y neumáticos lo que producía humo bastante negro. Desde la distancia pude ver varios encapuchados moviendo unas antorchas, ahí le pedí a mis pasajeros que como medida de seguridad se acostaran como pudieran en el pasillo, apagué las luces y nos fuimos a la vela, silenciosamente.
Logramos pasar sin contratiempos.
Mas adelante entre El Olivo y Santa Inés, lugar conflictivo por excelencia la cosa se puso mas "brígida" porque ahí no teníamos donde desviarnos en caso de emergencia, así que elevé mis ojos al cielo que estaba bastante oscuro y nos fuimos tratando de pasar desapercibidos; pero había varios encapuchados parapetados en los New Jersey (bloques de contención) que tiene la constructora que trabaja en el colector de aguas lluvias del lugar; la cosa se puso fea porque nos tiraron unas molotov que afortunadamente no entraron al taxibus solo pegaron por fuera de la carrocería.
Una vez pasado este lugar ya no hubo problemas porque entramos a Vivaceta y llegamos sin contratiempos al sector de Estación Mapocho; los pasajeros me dieron las gracias y se fueron rápidamente hasta la estación Cal y Canto del Metro que aún estaba operativa.
En la Parada inicial de regreso en Patronato con Bellavista también había bastante gente.
A esta hora ya se había cortado la luz en varias partes de la ciudad así que calculé que el retorno sería mas complicado.
Entramos por López de Alcázar, viramos por Rivera y entramos a Vivaceta en silencio.
Los pasajeros venían inquietos, algunos tosían, se notaban nerviosos; no hablaban ni reían como usualmente lo hacen.
Al entrar en calle Las Enredaderas me doy cuenta que en la Maestranza que allí funcionaba estaba abierta y había varias personas adentro, así que me detuve y fui a conversar con el encargado algo que se me había ocurrido; salí a la calle le pedí a los pasajeros que no se movieran ni dijeran nada y nos fuimos hasta la calle Chillán donde funciona actualmente la Maestranza, nos metimos al interior con el taxibus y allí le instalaron en el parachoque una Cuchilla Quitanieve que le sacaron a un camión que habían traído desde Farellones.
Nos fuimos con el compromiso de devolverla a primera hora de la mañana.
Salimos de la calle Chillán y seguimos por Luis Galdames y nos adentramos en Las Acacias para continuar en Barón de Juras Reales
Nuevamente en el sector de Santa Inés los encapuchados que seguían apostados allí y además tenían varias fogatas en medio de la angosta calle nos tiraron piedras y molotov, hasta que una bomba lacrimógena rompió un ventanal ingresando al interior del Taxibus causando que los pasajeros comenzaran a toser y una señora que venía de la feria de Mapocho sacó un bolso con limones y los repartió entre todos para aminorar el efecto de la bomba lacrimógena.
Con los ojos irritados y el sistema de respiración afectado seguimos por Barón de Juras Reales hasta Zapadores; pero en la curva que se conoce como La Reja el paso estaba cortado por una gran cantidad de fogatas y encapuchados tirando de todo y contra todo.
Allí saqué mi celular que tenía escondido y llamé al C.O.F. para que autorizara cambiar la ruta.
Tuve que esperar varios minutos hasta que por medio de la consola rutera me dió las nuevas coordenadas: virar a la derecha en Zapadores hasta Independencia, allí seguir hasta el cruce con Américo Vespucio, hacer retorno bajo el puente, regresar al sur y virar a la derecha en Héroes de Iquique y llegaría al Cabezal .
Hice lo que me indicó el C.O.F. pero al enfilar por Independencia hacia el norte la cosa se puso hedionda de fea porque estaba lleno de fogatas y tipos tirando piedras, bombas molotov y algunos hasta balazos con escopetas.
Un pasajero se acercó temblando bastante nervioso y me preguntó: ¿Como vamos a pasar, Maestro?
Observe y no se pierda detalles-- le contesté.
Entonces bajé la Cuchilla Rompehielo que me habían instalado en la Maestranza y con ella hicimos a un lado las fogatas despejando y abriéndonos camino para seguir nuestra ruta asignada por el C.O.F. y así nos fuimos por Independencia hacia el norte pasando por el centro de las fogatas las que eran dispersadas por la Cuchilla Rompehielo.
Esta acción no la esperaban los encapuchados que nos comenzaron a tirar toda su artillería, molotovs, piedras, palos, zapatos viejos, tomates podridos, escupitajos, hasta una silla rebotó en la carrocería del taxibus, pero no contentos con eso estos desgraciados nos tiraron chaya y serpentina; como serían de agresivos.
Pudimos llegar al cruce con Américo Vespucio hicimos el retorno y llegamos al Cabezal sin novedad alguna; todos los pasajeros que eran vecinos se fueron a sus casas rápidamente porque no había energía eléctrica en el sector.
Ahí me reuní con varios colegas que me esperaban y nos fuimos en caravana hasta el depósito de Santa Marta, allí dejé el taxibus en el wash-car para que con la abnegacion que tienen le sacaran las huellas de molotov y humo de la pintura exterior.
Luego en el taller mecánico con toda la voluntad y profesionalismo que poseen en solucionar problemas le retirarían la Cuchilla Rompehielo y un Alfa se comprometió a llevarla hasta la Maestranza y para demostrar nuestro agradecimiento se le entregaría al personal una tarjeta Bip cargada con 1 luca para que se movilicen en Transantiago.
Y así terminó el terrible Día del Combatiente 2018.
Será hasta el año 2019
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