La radio es un tema inacabable de historias, experiencias y tremendas anécdotas. Entre ellas la grabación de publicidad, que hoy bien puede hacerse en casa y llegar con el "crudo" a la emisora para que el encargado de edición le de los últimos toques de música y efectos necesarios.
En tiempos de mis inicios en el medio, no era posible, por lo que debíamos elegir alternativas, detener las transmisiones (los que no teníamos sala de grabaciones) o esperar la medianoche para y por turnos ir grabando, "en vivo", los avisos comerciales, anteriormente llamados "réclames", hoy spots publicitarios.
En radio Millaray A.M. CD-158, siempre se prefirió esperar a la medianoche y en la época de mediados de los 70, estaban allí: Germán Salas, Américo Giuliucci, Jaime Jara, y más cerca de los 80, Pedro Mendoza y Tito Muñoz. Las jornadas eran largas porque cada locutor grababa su aviso y Francisco Flores Olave, que era el técnico de grabación (en esa época) colocaba al mismo tiempo música y efectos, si algo fallaba, se comenzaba de nuevo hasta que quedara del gusto de todos.
Los "viejos" se preparaban, corregían textos, adecuaban timbres de voces en algún rincón de la radioemisora, los nuevos mirábamos, escuchábamos, aprendíamos y estábamos allí a la espera que nos dijeran "por qué no grabas este aviso" o servíamos para ir al "Restaurante El Indio" a comprar una botella de Cabernet Sauvignon y algo para picar. Cosa que a varios les encantaba.
En ese sentido la radio y específicamente la Millaray A.M. fue una escuela y un lugar de amistad y aprendizaje para quienes intentábamos integrarnos al medio comunicacional. En lo particular debo reconocer que mi gran entusiasmo todavía me persigue, aunque el medio no tiene espacio para los viejos. También no es menos cierto que mi mejor trabajo estuvo en las comunicaciones escritas y la fotografía, desarrollada en periódicos nacionales, regionales y locales y sobre todo el incentivo entregado a jóvenes para desarrollar sus talentos (bueno algunos no tan jóvenes, también).
LA ANÉCDOTA
Como sus shows locales fueron un tremendo aporte para el nacimiento de cantantes, sus nombres serían muy largo de enumerarlos; pero, aunque en este momento pasan casi todos por mi memoria, nos los voy a mencionar, me voy a ir derecho al grano (como dijo un pollo frente al trigo).
Había uno de estos eventos y mi gran amigo, Tito Muñoz Fuica el encargado de grabar el "spot" correspondiente, texto en mano se paseaba frente a Francisco "Pancho" Flores, quien le observaba con atención y le daba sugerencias en la lectura del texto; Tito, le miraba con esa mirada de paciencia que siempre tuvo y seguía el consejo.
De pronto a Francisco se le ocurre la más genial de las ideas
"¿Oye Tito, por qué no le ponemos una reverberancia en algunas partes al aviso?".
Tito, le miró y yo, que estaba allí, interpreté su mirada como "Estás más w..., de dónde sacamos eso, apurado tenemos micrófono".
Antes que Tito Muñoz hablara, Francisco le dice: "Y si le pedimos a Pablo Castro, el de Patrulla Juvenil, total ellos son la orquesta del show - y agregó – asi sale más encachado el aviso.
Y así fue, luego de los trámites correspondientes, llegó el "wa wá", como nosotros le llamábamos porque Carlos Neira, primera guitarra del grupo y quien lo usaba, hacía con él un sonido parecido.
Finalmente, el aviso se grabó, se emitió y recuerdo que en la parte donde se mencionaba a la orquesta, decía Patrulla Juvenil, alargando la i y la l en un prolongado il il il il il il en volumen decreciente que sonaba muy interesante. Actualmente, hacer eso es casi infantil en los avisos de publicidad.
En la segunda jornada, la semana siguiente, vino el problema, no fue posible que Pablo Castro, por diversas razones, nos pudiera facilitar el tan vital "wa wá", por lo que, a la hora de grabar el texto para esa jornada, Tito Muñoz, lo primero que preguntó fue por el mencionado aparato...y no estaba.
Después de buscar cientos de posibilidades, Francisco, le sugiere, casi en broma, "Cuando lleguemos a la parte de Patrulla Juvenil, tú mismo y disminuyendo el volumen de tu voz agregas el il il il il il il".
Tito, se cruzó de brazos, miró el cielo raso del estudio y repitió bajito "Patrulla Juvenil il il il il il. No muy convencido caminó hasta la locución y desde allá le grito a Francisco. "¡Ya grabémoslo así!".
Finalmente se grabó, se emitió durante una semana con el efecto de sonido realizado por el propio Tito y fue tal lo llamativo que, hasta el famoso e infaltable aviso que se colocaba en el árbol frente al Banco del Estado (hoy BancoEstado) donde se indicaba la participación del histórico grupo musical Patrulla Juvenil, el diseñador le agregó el efecto de Tito Muñoz, il il il il il il il.
En otra oportunidad Tito Muñoz tenía que grabar un nuevo aviso de "El Vergel" pero lo hizo con Juanito Gutiérrez...se escribió el texto se preparó la música, se preparó la cinta en la grabadora y se comenzó la grabación...música, micrófono, voz y de pronto Tito se equivoca y se le sale un "ch...a la ca...é"...se detuvo la grabadora y en estos casos se comenzaba de nuevo rebobinando la cinta, pero Juanito no lo hizo y solo adelantó un poco...solo un poco y se comenzó de nuevo.
Esta vez quedó buena la grabación y Tito se marchó a su casa mientras Juanito se quedó a editar y agregar el nuevo aviso a la tanda comercial. La edición consistía en cortar la cinta milimétricamente y pegar lo cortado en la tanda comercial.
Al otro día a las 08.30 minutos salía este aviso incluido en la tanda de los 30 minutos cuando se escucha que Tito dice ..."chu...la cagué" ...¡Juanito se había equivocado en el corte de la cinta!. A Tito Muñoz casi le dio un infarto y no habló en toda la mañana a pesar que Juanito reparó el desaguisado.
Anécdota y recuerdo de grandes de la radio Millaray A.M. Tito Muñoz Fuica, Juan Gutiérrez Gfell ambos ya fallecidos y Francisco Flores Olave, quien actualmente trabaja como conductor de la locomoción colectiva en la empresa Redbus, perteneciente al Transantiago en la capital del reino.
Creo que situaciones como las descritas son las que forman parte de la magia que nos atrajo a varios al mundo de las comunicaciones, la amistad, la posibilidad de estar cerca de gente de mucha experiencia y que enseñaba, corregía y orientaba, una radio un poco diferente a la actual, porque el último spot lo grabé en mi casa y lo envié por correo para su edición, o sea, totalmente impersonal.
Para esta vez solo voy a contar las anécdotas de estos dos grandes amigos, colegas y mi hermano; las mías las dejaré para otra ocasión, como por ejemplo cuando me preguntaron si era capaz de relatar un partido de fútbol en el estadio fiscal de Cañete y que posteriormente, Pedro Mendoza, se encargaba de recordarme siempre, porque... será para otra vez.
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