Como "una acción heroica que evitó una tragedia mayor que ponía en riesgo una vivienda", calificó el Alcalde Jorge Radonich la valiente maniobra que realizó el voluntario de la segunda Compañía del Cuerpo de Bomberos de Cañete, Leonel Troncoso, el que sin dudar subió a una de las torres de iluminación del Estadio Fiscal para amarrar pesadas cuerdas que ayudaron a evitar su caída en medio del fuerte temporal de viento que afectó a la comuna el pasado fin de semana.
Eran cerca de las 22 horas y mientras un viento moderado azotaba las calles aledañas al recinto deportivo, a los 20 metros de altura la situación era aún más compleja. "A nivel del suelo había unos 10 nudos (de intensidad), en la altura esa velocidad era el doble", cuenta el voluntario Troncoso, quien subió hasta la torre para asegurarla y evitar así que corriera la misma suerte que otra estructura similar que terminó en el suelo, afortunadamente sin daños mayores ni provocar lesionados.
Por esta razón, el Alcalde Jorge Radonich, durante la ceremonia de conmemoración del 76° Aniversario del Cuerpo de Bomberos de Cañete, se tomó un tiempo en medio de su discurso y entregó palabras de reconocimiento al decidido voluntario, en quien dijo representar el espíritu de cada uno de los bomberos y bomberas de la comuna.
"Hoy quiero destacar sin herir susceptibilidades, (…) pero ayer, Leonel Troncoso Alarcón hizo un acto que para mí fue muy, pero muy arriesgado. Gracias a ti logramos defender una casa porque había una torre que estaba por caer, tal como ya había sucedido con otra. Y una de las formas que encontramos de hacerlo era amarrarla, pero había que subir. Y sin duda, sin titubear, un bombero arriesgó su vida, habiendo mucho viento y condiciones inestables para amarrarla y poder asegurar que esta torre no se cayera".
El aludido voluntario agradeció las palabras del Alcalde y señaló que "viendo la necesidad de proteger las viviendas y que no afectara más y no hiciera más daño se tomó la decisión de amarrar la torre, para lo cual me indicaron subir y sin dudarlo subimos y amarramos la torre. Menos mal pudimos hacer sin inconvenientes el trabajo que se debía", señaló Leonel Troncoso.
Respecto a las condiciones que debió enfrentar durante su ascenso, el segundino dijo que "abajo se sentía el viento y arriba era el doble. Así que mentalidad fría y recordando nuestro juramento de hasta rendir la vida si fuera necesario. Por ese motivo hicimos el acto de subir y amarrar la torre", relata con gran orgullo en su mirada.
¿Qué pasó por tu cabeza cuando bajaste después de realizar el trabajo?
¡Nada… sólo labor cumplida! Además de la tranquilidad de que esa torre ya amarrada y hecho el trabajo no iba a afectar a viviendas ni otros enseres de la ciudadanía.
¿Y si tuvieras que volver a hacerlo?
¡Lo haría sin dudarlo!
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