El regreso del sol y de las energías que alimentan la mapu, la semilla, los árboles los animales y aves de la tierra mapuche.
Se trata de antiguos saberes sobre el movimiento de la tierra y el sol, de la luna, el lucero matutino en el wenumapu (la tierra de arriba); son conocimientos astronómicos trasmitidos de generación en generación por sus autoridades Machi, Kimche, Lonko, Ngenpin, ancianas y ancianos del pueblo mapuche.
Los antiguos decían mirar el cielo, para comprender lo que sucede en la tierra, observar dentro de uno para comprender lo que sucede afuera; todo está conectado.
El Ngenpin Francisco Lincocheo de Rañintuleufu, al interior de Panguipulli, me contaba hace años atrás que viajó al cielo en una fecha de Wetripantu, para conversar con Chao Ngenechen: Allí estaban dos kona (dos guerreros) apostados a la entrada de su campo - dijo – conversé con ellos y les conté de mi viaje, ellos dijeron no lo podrá recibir, él no lo mandó a buscar; les rogué para que me recibiera, mientras esperaba la respuesta, pude observar que en una parte estaban preparando la tierra, limpiando un campo para sembrar, en otra parte, estaban arando, en otro lado sembraban, en otro lado cosechaban.
Don Francisco me observó preguntándome, ¿Cómo será eso?, todo transcurre en el mismo momento...
El viaje del Ngenpin al wenumapu, le permitió ver un orden, una secuencia del trabajo en el campo, de la cultura agrícola, base de una economía y de su rol como portador de esos saberes para su comunidad. El viaje le permitió traer ese mensaje a su gente y anunciar en el Trawun que el Wetripantu es el mensaje para recuperar el orden, es necesario armonizar la vida personal, con la familia y la tierra, con el agua, las plantas, los animales y aves.
Nada se consigue sin preparar la tierra, sin limpiar las malezas, sin ordenar, no se puede cosechar sin siembra; esto en la tierra y en la persona.
Vivimos tiempos de pandemias, de males, dolores, miedos y rabias.
El mensaje del Ngenpin Francisco Lincocheo de Rañintuleufu en esta fecha de Wetripantu es recuperar el respeto perdido, el orden natural, armonizarnos con la tierra y el cosmos, y agradecer todos los días por la vida de nuestra familia y de todas las vidas de esta tierra.
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