Compartimos la satisfacción de nuestro colaborador Ricardo Altamirano por la distinción que obtuvo (una más) en el Concurso Literario Autobiográfico: 'Confieso que he Vivido'.
Sin duda Ricardo tiene méritos de sobra para este y otros premios por su constante creación que Lanalhue Noticias tiene el privilegio de publicar.
A continuación el trabajo presentado en el concurso, el que además nos cuenta de su vida y permite conocerlo mejor. Felicitaciones!!!
CUENTO Y CANTO (fragmento)
I
Aquí está mi derrotero,
Listo tengo el equipaje
Tratando que en este viaje
Algo suceda pues quiero
Mostrar para el mundo entero,
Ignorando penas, llantos,
Recuerdos que tengo tantos
Atados al corazón,
No distraigan su atención,
Oigan muy bien este canto.
II
Me presento, soy Ricardo
Altamirano Aravena,
salto dispuesto a la arena
desamarrando mis fardos,
no me entretengo ni tardo,
en declarar sin ambages
que acarreo en mi equipaje
alegrías, sentimientos
acumulados por cientos
en largo peregrinaje.
III
Para relatar la vida
debe ordenarse primero.
De la cuna al agujero
se escriben las biografías,
fijar puntos de partida
y avanzar paso por paso,
contar éxitos, fracasos,
adornar justo y preciso,
no pasar muchos avisos
y eliminar los retazos.
IV
En Cañete yo nací
casi al final del otoño
y fui el segundo retoño
de una pareja feliz
y lo cuento como si
fuera historia fabulosa,
mi madre muy buenamoza,
mi padre gran deportista,
Profesores Normalistas
de las Escuelas famosas
V
El cuarenta y tres les cuento,
en el mes número seis,
me inscribieron por la ley,
recibí los sacramentos,
se pagó el tanto por ciento
como mandaba el derecho
y consumados los hechos
me pusieron en camino,
de la mano del destino,
la vida estaba al acecho.
VI
No supimos de vacunas
ni de drogas milagrosas,
sufrimos pestes odiosas
que nos dejaron algunas
secuelas y con fortuna,
crecimos sanos, contentos
y en la mesa vi el portento
de panes multiplicados,
que reemplazaron bocados
y otros ricos alimentos.
VII
A la misa y a la escuela
asistimos sin chistar,
también al río a nadar,
y al visitar a la abuela,
o al viejo tío en su hijuela
supimos de sus sonrisas
como generosa brisa
que volantines eleva.
La vida nos puso pruebas,
alertando “el golpe avisa”.
VIII
Mi madre, mi Profesora
risueña pero severa,
a su lado las primeras
letras ya se atesoran,
hasta que llegó la hora
y a la escuela me mandaron,
en sus salas me enseñaron
la suma, los sustantivos,
las Ciencias y los motivos
de la Historia me explicaron.
IX
Y descubrí en la lectura
un mundo de fantasías,
compartí las alegrías
y las grandes aventuras
de increíbles criaturas
y hasta me puse envidioso
de los héroes famosos
como el fiero Sandokán
o el hombre mono, Tarzán,
el del grito portentoso.
X
El verano era una fiesta
de sol a sol, maravillas,
salir a buscar mutillas,
chupones y moras frescas
o esperando que amanezca
para ir a contemplar
las ordeñas y probar
leche tibia y espumosa,
estas son entre otras cosas
las que no puedo olvidar.
XI
¡A jugar a la pelota!
en las tardes nos decían
y se armaba la estampida
alegre de la patota,
usando la misma ropa,
muchos a pata pelada
y ninguno reclamaba
por los golpes recibidos,
con garabatos surtidos
los goles se celebraban.
XII
Nadie usaba zapatillas
de marca ni camisetas
de las que usan los atletas
con número en las costillas,
el que más corre la pilla
y por la orilla arremete
pegándole de puntete,
“el que hace el último gana”
es la propuesta que emana
con la cuenta cinco a siete.
XIII
Pasamos de casa en casa
en nuestro pueblo lluvioso,
pero el recuerdo es hermoso
aunque la plata era escasa.
Para el frío buenas brasas
para la sed agua pura,
fruta del campo, verduras,
y misa dominical
para librarnos del Mal,
según predicaba el Cura.
XIV
Este relato es reflejo
del mundo que conocimos,
había algunos caminos
de tierra, muy desparejos
que no llevaban muy lejos
y para ampliar el paisaje
hacíamos largos viajes
en un tren de tres vagones,
agregándole montones
de kilos al equipaje.
XV
Pero en Cañete no había
más que un Liceo incompleto
de manera que fue un reto
y también una alegría
irse lejos y un buen día
armamos nuestro equipaje
para emprender largo viaje
y continuar la enseñanza
con harta fe y esperanza
por ignorados parajes.
XVI
Así nos llegó la hora
y el momento de partir,
había que proseguir
la educación formadora,
mi madre, la Profesora,
nos despidió en la estación
de trenes y el corazón
todavía me palpita
al recordarla contrita
dando rienda a su emoción.
XVII
Del hombre tener un hijo,
es una de tres tareas,
me parece buena idea
aunque ignoro quien lo dijo,
mas por ello no me aflijo
porque la cuna dos veces
llenamos y son las mieses
de nuestros antecesores,
dos hijos, nuestros amores,
nos han premiado con creces.
XVII
Para completar faenas,
varios árboles planté
y un buen día me instalé
a enhebrar como diademas,
versos, estrofas, poemas
hilvanados con tesón,
contando con emoción
aquellas cosas del mundo
que me dejaron profundos
surcos en el corazón.
XVIII
Cuando llegas al final,
tras recorrer mil caminos,
te preguntas si el destino
trató a todos por igual,
que cosas hiciste mal,
cuales fueron tus aciertos,
si siempre arribaste a puerto,
si no te abatió el dolor
o cultivaste el amor
sin sembrar en el desierto.
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