El Presidente Aylwin nos dijo en 1989, en su campaña presidencial, que buscaba que Chile fuera “Una Patria justa y buena para todos”: “Una”, porque tal como nos dijera con fuerza el día en que asumió como Presidente… ¡Chile es uno solo!, sin que nuestras diferencias nos hicieran perder la calidad de compatriotas, ni que nuestra dispersión geográfica nos llevara a sentirnos unos ajenos a los otros.
“Patria”, ya que en su sentido más fino Patria es sinónimo de familia y él nos entendía a todos como hijos de una misma tierra, y por ende, hermanos en la búsqueda de un destino común, preparado por Dios para nosotros.
“Justa”, porque Chile debía dar a cada chileno lo suyo, de acuerdo a sus necesidades, y sobre la base de la justicia y la razón.
“Buena”, pues sentía que Chile y su gente, al tener una inclinación natural a hacer el bien, debían transformar esta tierra en un lugar agradable, cálido y sano para vivir.
“Para todos”, porque en tanto lo bueno y lo justo no llegase a cada mujer y hombre que viviese en esta tierra, no importando otra cosa que su condición de persona, la tarea no estaría cumplida, y deberíamos seguir trabajando.
Es así que, como hombre y ciudadano, como demócrata y cristiano, don Patricio Aylwin procuró hacer realidad aquel mensaje que lo llevó a ser Presidente de Chile, pero no uno cualquiera, sino el Presidente de Todos los Chilenos.
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