Como todos los años, los funcionarios públicos cumpliendo con lo que ya es una tradición hoy terminamos en las calles , peleando nuevamente por las miserables migajas que el gobierno de turno nos quiere dar, respaldándose ahora en el argumento del poco crecimiento económico.
Siempre que nos vemos enfrentados a la necesidad de participar de alguna movilización; quedamos expuestos a las malas intenciones de algunas personas que se encuentran desinformadas y que reclaman que nunca nos conformamos.
Esta desinformación, parte desde los mismos medios de comunicación, que muchas veces transforman la noticia en un reality sensacionalista, en que sin confirmar sus fuentes publican erradas encuestas: en este caso, comparando sueldos entre funcionarios públicos y privados, sin aclarar que éstas tienen un sesgo porque quedan afuera los Servicios de Salud y Agricultura, por falta de datos. Y estos mismos medios también tienen bastante claro, cuál es el momento propicio para entregar esta información. ¿Creen que es casualidad que esta encuesta se publique en la misma fecha en que se está discutiendo el reajuste de los funcionarios públicos? Esta es una estrategia comunicacional muy bien estudiada, que se hace con la finalidad de confundir a la comunidad, crear descontento popular y reclamos, que empañan las movilizaciones. ¡Sería fantástico tener los sueldos que publican!
Por otro lado, se tiene la errada sensación, que cada vez que marchamos nos tapan la boca de inmediato, eso no es así, el gobierno lo sabe, los medios de comunicación lo manejan muy bien y mientras tanto algunos dirigentes nacionales se están vendiendo al mejor postor. Por lo que algunos paros duran días, semanas o meses, en que los trabajadores cansados vuelven poco a poco a sus funciones, debilitando la movilización hasta que desaparece y sin haber logrado nada. Para el que no lo ha vivido, estar en un paro es muy estresante y agotador.
Es sólo culpa de los gobiernos, que los funcionarios públicos terminen en las calles y del mal manejo de parte de algunos dirigentes nacionales, de que los paros fracasen. Estos señores deben decidirse o por el gremialismo o la política, pero no pueden estar venerando dos dioses.
Para el caso de los funcionarios de la salud, es bien complejo y doloroso tomar la decisión, no de salir a la calle, sino que, abandonar su puesto de trabajo y dejar sin atención a sus usuarios.
Mientras marchamos, escuchamos voces que gritan que somos flojos. ¿Usted ha estado conmigo durante mi jornada de trabajo? ¿Ha visto cómo ocupo mi tiempo?. Me gustaría que alguna vez lo hiciera y a lo mejor cambia de opinión.
¿No se han detenido a pensar que en algunos casos, somos insuficientes?. Donde los últimos sistemas de gobierno, no se han preocupado de sus trabajadores y los han ido convirtiendo sólo en máquinas cumplidoras de metas.
¡Esto es lo que se necesita dar a conocer¡ Y si es con objetividad, mejor. Nos harían un tremendo favor que hicieran reportajes en terreno, dentro de los mismos servicios públicos, mostrando cómo se hace el trabajo, con cuántos funcionarios, con qué recursos, con qué sueldos y con qué presión.
SOÑAR, NO REQUIERE REAJUSTE
Hoy 26 de Noviembre,
de nuevo estoy en la calle,
pidiendo un seis punto siete,
Presidenta no me falle.
Presidenta no me falle,
no me enrede con su cuento,
ni me repita la frase,
que se estancó el crecimiento.
Que se estancó el crecimiento,
no he causado ese problema,
porque yo desde mi puesto,
he cumplido con las metas.
He cumplido con las metas,
trabajando con pasión,
nunca pierden las empresas,
tan sólo el trabajador.
Tan sólo el trabajador,
que casi nunca le falla,
no le hacemos colusión,
ni los negocios con trampa.
Ni los negocios con trampa,
que nunca son castigados,
por no querer sus migajas,
yo ahora soy cuestionado.
Yo ahora soy cuestionado,
lo reclama mucha gente,
feliz vuelvo a mi trabajo,
si me da el seis punto siete.
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