Cercano a las cinco décadas que dejé Cañete mi pueblito para siempre. Como todo joven ávido de esperanzas de un futuro mejor dejé aquellas calles polvorientas que recorrí muchas veces descalzo y que junto con la gente de mi barrio teníamos una conciencia inocente de muchas cosas, ya fuera por falta de educación, ya fuera porque la vida misma poco ofrecía y solo había dejarse llevar por la inercia de la existencia propia.
Cada regreso a mi pueblo era una fiesta con amigos y familiares que se alegraban y motivaban solamente de verme.
Recorría lugares donde encontraba personas que me hacían sentir que ese era mi lugar, hasta el viento que acariciaba mi rostro parecía alegrarse con mi presencia y la despedida mas tarde era un poco triste , pero siempre estaba la esperanza de un regreso a casa. Mi casa, mi pueblo.
Los quehaceres laborales de pronto alargaron la ausencia y la distancia y poco a poco fueron partiendo personas amadas, situación que hacía triste cada retorno a mi pueblo.
Pero junto a ese avance del tiempo fue sucediendo algo singular; mi pueblo otrora rural fue perdiendo aquel encanto y atractivo.
Fue como una niña que crece y comienza a maquillarse porque sus calles y alrededores comenzaron a asfaltarse y llenarse de semáforos; en muchos casos mal ubicados, comenzaron a llegar los "negocios grandes" y las compañías idem, y no es que aquello sea del todo malo pero tiene las dos caras, por una otorga comodidad pero se pierde la calidad de barrio y buena voluntad.
Pero junto a esta falsa modernidad que enloquece a las Autoridades para hacerse notar comenzó a llegar el flagelo de la delincuencia.
Cuando esto sucedió mi pueblo se despidió para siempre de un vivir tranquilo en sus calles, plazas y hogares. Y las Autoridades poco o nada han hecho al respecto.
Comenzaron las reivindicaciones y crímenes al margen de la ley aunado a los asaltos a "plena luz del día" , como decía un vecino; y que decir del narcotráfico que ha hecho estragos entre la juventud de nuestro pueblo y del país.
Lo grave de esto es que los robos, asaltos y destrucción del bien público y privado se ampara en la jerga de los delincuentes como "recuperación" y aplicación de justicia.
Cañete; Chile, mi tierra; hoy es un pueblo sin ley. Sin Estado de Derecho porque el Estado; por ley, otorga defensa a los criminales y deja en el desamparo a las víctimas.
Un país no puede existir sin ley.
La libertad no existe sin el imperio de la ley.
La gente honrada necesita que quienes aplican la ley deben ser personas justas y no defensores de partidos y dividendos políticos como se ve a diario en nuestro país.
Necesitamos nuevamente creer en nosotros; confiar en nosotros; necesitamos confiar en nuestro políticos y en quienes deban aplicar la Ley; porque si no es así vamos directo a un abismo del cual costará mucho salir, y lo malo de esto es que la herencia la recibirán nuestros hijos y nietos.
Cañete y Chile en estos momentos tienen una pena, una pena muy grande por cuanto se ha desgarrado el alma nacional con el alevoso crimen cometido contra tres policías de nuestra Patria y que motiva el deseo inmenso de miles de personas pidiendo justicia y que se aplique la ley, no solo por ellos sino por el país; porque la ley es el medio que tiene la sociedad misma para defenderse de tales aberraciones contra la vida humana.
Un hombre no puede tomarse la justicia por su propia mano sin herir gravemente la conciencia de la humanidad porque entonces no es que infrinja una ley, sino todas las leyes; y la ley es algo más que palabras en un libro o jueces o abogados o policías encargados de que esta se cumpla.
La ley es todo aquello que los hombres han determinado acerca de la justicia; del bien y el mal.
Es la propia conciencia de la humanidad; no puede existir lo que llamamos civilización sino existe entre los hombres lo que llamamos conciencia, porque si no es a través de ella de qué forma pueden acercarse a Dios; si en Él solo existe la ley y la justicia.
¿Y qué es la conciencia individual sino el alma de todos los hombres que han existido en el mundo?
Necesitamos perder el miedo y confiar en la Ley, porque si no es así, estaremos completamente perdidos.
*** SIN COMENTARIOS INGRESADOS***