Es admirable la capacidad de nuestro poeta Ricardo Altamirano para resumir en versos de 50 líneas todo lo que pasa hoy con la pandemia.
Por un virus muy cochino
los muertos suman centenas
y declarar cuarentena
es el único camino,
entonces no es desatino
quedarse tranquilo en casa.
no pasearse por las plazas
como lo hace mucha gente
y por su actuar indolente
la cuarentena fracasa.
Por semanas encerrados
por la estricta cuarentena
que ya parece condena
dejándonos confinados
sin salir a ningún lado
porque entregan solamente
permisos para la gente
que tenga que trabajar
o necesite comprar
lo necesario y urgente.
No resultan las medidas
que toman desde el gobierno
y para peor este invierno
mucha gente sin comida
y se entristece la vida,
sin un sueldo, sin trabajo,
ni espacios para el relajo,
repletos los consultorios,
sin tiempo para un velorio,
dan ganas de irse al carajo.
En el país con gran pena
aumentan los contagiados
y no faltan los porfiados
que ignoran la cuarentena
ni amarrados con cadenas
se los puede controlar
y es por eso el malestar,
la rabia y el descontento
va cada día en aumento
y no hay forma de atajar.
Moraleja, moraleja,
que no caiga en el olvido,
cuidar los seres queridos,
aguantar sin ni una queja
para no entregar la oreja
y aguantar como se pueda
esperando que la Rueda
de la Fortuna bendita
pronto pegue una ayudita,
incluso hasta en La Moneda.
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