Ver lo que sucedía con el Mercado de Cañete nos parecía estar repitiéndose la historia de hace un año, un incendio que destruye patrimonio, fuentes laborales y esfuerzo de toda una vida. Quizás podamos contar como sigue la historia: citarán a los afectados, vendrán parlamentarios, autoridades políticas, CORES, llegará ayuda para algunos (subsidios, capacitaciones); varias visitas del alcalde a Santiago con algún "preocupado" dirigente de la cámara de comercio y por supuesto, vendrán muchas, muchas promesas que se quedarán en el camino y otras tomarán extraños rumbos, tal como sucedió en la tragedia del año pasado.
Lo anterior no es para desalentar a los infortunados que sufrieron esta tragedia, sino por ser muy realista con lo que nos ha tocado ver y conocer de nuestra autoridad local, lleno de buenas intenciones, pero con ideas contrapuestas y manipulado políticamente lo que finalmente hace que se diluyan la mayoría de las promesas que le llegarán a los afectados.
Igual que en los incendios del año pasado, los comerciantes del Mercado, Supermercado Arauco y otros locales siniestrados ayer, lo componen propietarios y arrendatarios, esta vez con menos propiedades habitacionales, pero en general con una masa de mano de obra muy similar a pesar de ser un incendio de menor tamaño, incluso proporcionalmente deben ser más los locales comerciales afectados (por las patentes municipales después se podrá comprobar). Quizás también había un mayor flujo diario de clientes, con un horario más amplio (empezaban muy temprano), muchos locales de comida, la única pescadería y los únicos baños públicos de la ciudad, que, de seguro al poco andar, se va a notar esta falta.
El tradicional edificio del Mercado nació como Mercado Municipal en la década del 50 (según versión recogida al pasar) y en los años 80 "privatizado" o vendido a sus locatarios (aunque se habla que hoy dos propietarios tendrían el 50% del Mercado); era de estructura sólida (concreto) en su contorno, pero interiormente mantenía subdivisiones no muy bien mantenidas (ni supervisada por la autoridad responsable), con instalaciones muy antiguas que seguramente ayudó en el siniestro.
Por el costado sur colinda con la Biblioteca Municipal que salvó gracias al muro divisorio y el viento, distinta suerte de los locales del lado norte donde seguramente el joven empresario del Supermercado Arauco sufrió las mayores pérdidas por el stock que mantenía, un negocio que era bastante surtido y con una clientela muy fiel, especialmente de los sectores rurales que tenían justo afuera la llegada de sus buses (línea Nuevo Amanecer).
También como el año pasado, esta vez tuvieron destacada intervención los helicópteros contratados por Conaf o algunas empresas forestales, que seguramente estaban prestos por la baja de incendios forestales este año comparado con el año pasado, sin duda fue una ayuda desinteresada, una buena retribución que hacen estas empresas a la zona de la que tanta riqueza obtienen, un buen acto de “Responsabilidad Social Empresarial” o “Buena Vecindad” como la autodenomina una de ella.
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REUNIONES, PROMESAS, PROMESAS Y AYUDA
Decíamos que por la experiencia del año pasado se lograrán buenas ayudas para algunos afectados, nunca suficientes, pero ayuda al final, principalmente la ayuda a los arrendatarios y dependientes de los negocios, claro, siempre que cumplan algunas condiciones, el año pasado se les solicitaba ser “innovadores” (Innova Biobío) y debían concursar, a los trabajadores le ofrecieron capacitaciones (SENCE), luego ayuda menor a través de SERCOTEC y algún subsidio de vivienda. Este año deberá ser una ayuda similar, pero de todas maneras deberá ser más directa y rápida, ya que no hay mucho que innovar y los dependientes son más vulnerables. Va a ser una gran prueba para el nuevo “Comité de Desarrollo Productivo Regional”, donde unieron a INNOVA, SERCOTEC y CORFO, lamentablemente a cargo del señor Mardones de CORFO que poco y nada ha hecho por la provincia, según algún dirigente del comercio local, de hecho, para los incendios del año pasado no se conoce alguna ayuda de CORFO.
Mencionamos las “Promesas” incumplidas y desviadas; dentro de las primeras está lo que se les prometió a los propietarios, donde incluso con ayuda de la Mesa Productiva Provincial tenían bien encaminadas conversaciones en Santiago, pero por mezquindades políticas del Alcalde y dirigentes de la Cámara de Comercio local, que, por querer llevar gestiones en paralelo, entorpecieron todo y no lograron nada.
Como “promesa desviada” es por lo que nos damos cuenta leyendo la nota del segundo incendio del año pasado (leer acá), donde de inmediato el Gobernador Humberto Toro ofrece hacer gestiones para conseguir para Cañete lo que en ese momento era apenas un proyecto del Gobierno, la conformación de algunos “Barrios Comerciales” que entregaría SERCOTEC a lo largo del país, entonces fuimos escépticos y no le vimos factibilidad por los pocos que eran para todo Chile, pero… finalmente se consiguió!. Ahora, lo extraño es “lo que pasó por el camino” y porque esta idea que nació para beneficiar a los afectados de los dos grandes incendios de la calle Villagrán, finalmente aparece DESVIADA para ser ejecutada en la calle Covadonga, donde está, principalmente, Dijon, una farmacia, una zapatería, gasolinera y la Galería Jana… ¿Qué pasó?, ¿Quién hizo este cambio en la promesa original?, por transparencia a la comunidad sería bueno saber.
Finalmente, a propósito de otro incendio de un Mercado, a muchos se le viene a la mente el de Concepción que lleva más de 10 años sin reconstruirse y como tal, ya se escucha que, para ver nuevamente un Mercado en Cañete, demorarán más de una década. Es de esperar que no, aunque de seguro, en un año de elecciones municipales las promesas van a ser tentadoras y grandes, pero si no se han cumplido las anteriores, ¿Por qué pensar que ahora si?.
¡QUISIERAMOS EQUIVOCARNOS!
Algunos testimonios, el Alcalde, entre otros, al momento del incendio...
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