Viviana, Eliana, Gabriela y Belén Calpán pertenecen a la comunidad indígena Ralco Lepoy de Alto Biobío y son parte de la brigada femenina de CMPC, unidad terrestre que existe desde 2022.
Ejercen una labor históricamente asociada a los hombres, con “coraje y valentía”, según recalca Viviana. Quieren salvar vidas, hogares y la naturaleza.
Viviana Calpán tiene 30 años y es su segunda temporada como brigadista. Tanto ella como sus hermanas Eliana (26), Gabriela (22) y Yanet (20) son parte de la brigada femenina terrestre de CMPC, que desde 2022 participa del combate a incendios rurales. Son de la conocida comunidad indígena Ralco Lepoy, en la comuna de Alto Biobío, en las faldas de la cordillera en la Región del Biobío.
La brigada está compuesta por 15 mujeres, donde también hay otras brigadistas mapuche, como Izmeldi Curriao (19), de la comunidad Quepuca Ralco, en la misma comuna. ¿Cómo ha tomado la familia de las hermanas Calpán que las cinco hijas quisieran ser brigadistas? Sí, cinco, pues Belén (24) también lo fue. “Se sintieron felices y orgullosos, porque éramos las primeras brigadistas mujeres. Nos sentíamos orgullosas, partiendo por mis hermanas que fueron las primeras brigadistas (comenzaron Eliana, Belén y Gabriela)”, dice Viviana, para luego complementar que “mi mamá, mi papá, todos muy contentos por tener a sus hijas como parte de un equipo, desarrollar un rol importante y representar también a las mujeres con coraje y valentía dentro de la función”.
En el caso de Gabriela Calpán, ella ya tiene más experiencia, con cuatro años como brigadista. “Por una parte ha sido bonito, compartir esta labor con ellas, porque siempre está el cuidado entre nosotras y con el equipo. Por otra parte, siempre es preocupante para mi mamá, de que pueda pasarnos algo. Está en nosotros el tema del cuidado para que podamos volver a casa”, recalca. “Le decimos que esté tranquila, que siempre minimizamos los peligros. Cuando salimos a un despacho le avisamos y cuando volvemos también”, añade.
Prepararse es, sin dudas, una tarea exigente. Gabriela lo explica: “siempre nos tienen entrenando, tanto en lo físico, también en lo mental, conocimientos. Eso nos ha ayudado harto, el esforzarnos, el ser valientes, estar aquí. Lo más importante es ir a cada incendio y dar lo mejor de nosotras. Eso nos llena de orgullo, de poder lograr las cosas y poder hacer lo que los chiquillos igual pueden lograr”.
“Me motiva para ayudar a preservar la naturaleza, sobre todo”, indica por su parte Izmeldi Curriao. “Me enorgullece ser brigadista y también es admirable para mi cultura que una mujer sea brigadista. Me han visto con la ropa y quedan admirados”, remata.
Un liderazgo en manos de otra brigadista con raíces mapuche
La brigada femenina es encabezada por Yesenia Valenzuela Chumay, jefa de Cuadrilla, quien es de Angol y es brigadista hace cinco años, cuatro de ellos en CMPC. Esta temporada es su primera vez en este rol. Yesenia precisa que para efectos de preparación “hay un plan de entrenamiento. Día por medio realizan prácticas de líneas, que sirve sobre todo para las nuevas brigadistas. Día por medio también hay acondicionamiento físico, hay trote, sentadillas, flexiones de brazos”.
El equipo de mujeres trabaja de forma rotativa con 10 operativas y 5 con descanso. Además de Alto Biobío, provienen de Purén, Nacimiento y Angol. Es una brigada de tipo terrestre tipo 1, es decir, trabajan de día, esencialmente en trazar cortafuegos.
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