Historiadora UCSC, Dra. Erna Ulloa, explicó cómo se origina y la importancia de esta conmemoración que visibiliza las diferencias vigentes entre hombres y mujeres.
Cada 8 de marzo el mundo abre espacio para reflexionar sobre el camino recorrido sobre la equidad de género a través de la Conmemoración Internacional del Día de la Mujer, que se celebra oficialmente desde 1975, año en que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) promulgó este hito.
Sin embargo, el trayecto no ha sido fácil para llegar a lo que conocemos hoy como la fuerza laboral femenina y el aporte de las mujeres a ámbitos que antes eran exclusivos para hombres como el ámbito de la ciencia, ingeniería o política.
Sobre aquellos acontecimientos que fueron forjando la historia de esta efeméride, la académica de la Facultad de Comunicación, Historia y Ciencias Sociales, Dra. Erna Ulloa, comentó que, si bien hay hitos que marcaron el siglo XIX y el XX, se debe entender que el trabajo de la mujer en abrir camino comenzó desde el inicio de la historia de la humanidad.
“No podríamos hablar de un solo hito, pues aquí convergieron distintas aristas. De pronto los analistas establecen como inicio el siglo XIX, yo soy más reacia en decir tajantemente un periodo de tiempo, porque para mí esto viene desde muchísimo más atrás. Se piensa que la Primera Guerra Mundial permite la masificación de la mujer, pero yo creo que viene desde más atrás, porque podemos encontrar épocas anteriores marcadas por mujeres especulares que hablaron sobre los derechos de ellas y de los niños”, aseguró la Jefa del Programa del Magíster en Historia.
Largo camino
Para la académica de la UCSC la Revolución Industrial dio vitrina a estas nuevas demandas exigidas por las mujeres, considerando que en este periodo se generaron cambios en aspectos como el trabajo y el ámbito social.
En 1848 se vivió la primera convención de los derechos de la mujer en Rochester, Nueva York, donde se planteó la igualdad entre hombres y mujeres. “Este hecho fue importante porque se transformó en el primer germen que siembra esta visión de igualdad. Posteriormente una década después, el 8 de marzo de 1857, se realizó la primera manifestación pública de las denominadas ‘garment workers’, mujeres trabajadoras principalmente del área textil. Ellas se manifestaron en contra de las condiciones laborales, sin embargo, allí se registraron más de cien mujeres fallecidas”.
Más tarde, en el siglo XX, el 8 de marzo de 1908, se concreta la marcha en Nueva York, en la que más de 15 mil mujeres trabajadoras se manifestaron para plantear demandas relacionadas a derechos laborales, realidad de sus hijos, y derecho a sufragio. “Esta congregación tuvo como lema ‘Pan y rozas’, demostrando que nuestras antepasadas también se unieron y simbolizaron con elementos determinados”, explicó la Doctora en Historia. Lo mismo pasó el 23 de febrero de 1917 cuando mujeres rusas hicieron un llamado de atención por las condiciones y términos de la guerra para sus hijos y esposos bajo la frase “Paz y pan”.
En 1910 se generó el encuentro de Copenhague en el que se reunieron mujeres de diferentes partes del mundo. “Esto fue interesante, porque se identificó una necesidad global, más allá de los elementos laborales, se sintieron escuchadas y se dieron cuenta que los problemas estaban en todos lados”. Mientras que el 25 de marzo de 1911, está marcado por el incendio de la fábrica de confección de camisas Triangle Waist Co, donde murieron cientos de mujeres y también hombres.
Finalmente, en 1975 la Organización de las Naciones Unidas (ONU) estableció el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer con el objetivo de visualizar la desigualdad de género y que se traduce en mayores índices de desalfabatización, menores ingresos salariales y ocupación de cargos de menor jerarquía en las plazas laborales.
¿Celebración o conmemoración?
Ulloa explicó que hay algunos acontecimientos que han coincido con fecha 8 de marzo, sin embargo, no todos se registraron el mismo día. A pesar de ello, con la promulgación de esa efeméride la ONU potenció un trabajo y una mirada hacia la realidad de las mujeres que, al mismo tiempo, permite conmemorar y rememorar lo que se ha avanzado.
“Ahí está la disyuntiva si celebrar, conmemorar o recordar. Para mí este es un periodo para recordar, no solo a las congéneres en el día, sino a todo ese pasado de mujeres que se atrevieron, a punta de sacrificio y esfuerzo, a hacerse escuchar. Hay que pensar que vivieron en condiciones complejas y aun así marcaron una huella para nosotras. Nos dejaron un mundo diferente al que vivieron y ahí radica la importancia de que ONU, que reúne a muchos países y culturas, haya volcado la mirada y haya instaurado el Día Mundial. Debemos tener claro que fueron periodos muy complejos tanto a nivel mundial, nacional y local, pues en todos los espacios tuvieron que abrirse a otros deberes en la sociedad y empezar a cambiar esa perspectiva que más tarde fue legalizada, esto último ayudó demasiado”, aclaró la investigadora.
Para la docente la mayor adherencia y visibilidad de esta conmemoración responde a los movimientos que empiezan a tener fuerza desde 2015 en adelante cuando se hace conocido el lema “Ni una menos”, junto con el posicionamiento de las mujeres en espacios que originalmente eran masculinos. Anteriormente también existían congregaciones, pero era en espacios más reducidos, no tan masivas.
Referentes históricas
Entre los íconos que destaca la historiadora y quienes abrieron camino para la equidad de género se encuentra Marta Vergara, escritora, periodista y activista chilena por los derechos de las mujeres casadas en la Sociedad de Naciones (actualmente ONU): “Marta no es muy reconocida en Chile, se tuvo que ir a Europa muy tempranamente, fue una mujer que se ligó al ámbito de la cultura y que supo lidiar con muchos prejuicios. También destaco a Eleanor Roosevelt, escritora, activista y política estadounidense que abrió espacio en un escenario que era solo de hombres. Asimismo, Gabriela Mistral, hay que darle otra mirada, más allá de la poeta. Yo no la veo como una feminista, aunque no creo que ella lo supiera”.
Finalmente, sobre los desafíos en la materia, la académica de la UCSC puntualizó tareas desde la perspectiva histórica. Entre ellas la mayor indagación sobre el rol de las mujeres en el pasado como en la Guerra del Pacífico, conocer de mejor manera a la mujer que se dedicaba al hogar, a las reporteras de la prensa rupturista, a las campesinas y lavanderas.
“De a poco están flotando estas líneas de estudio y, en comparación a los años anteriores, sí está incrementándose el número de publicaciones sobre el protagonismo de las mujeres, pero aún faltan investigadoras. Queda pendiente conocer a esas mujeres, no solo las de élites, sino que a las anónimas”, concluyó la especialista.
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