Los dolorosos hechos sucedido ayer en Ercilla y su repercusión en Cañete con la destrucción del Centro Turístico Quelén no nos ha dejado ajenos, si bien era un espacio privado, se había transformado un ícono de la comuna, símbolo del progreso turístico y orgullo de muchos. Estos penosos hechos resultan incomprensible para la mayoría, que no quiere injusticia, odio y venganza, tal como lo expresa Josefa Fica en las siguientes líneas.
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