Este jueves 28 de octubre ha dejado de latir el corazón de una gran mujer de figura menuda, generosa y luchadora fiera en contra de la injusticia.Por: Patricio Dinamarca
Zunilda, fue una vecina destacada de la ciudad de Cañete. Su madre Digna Pascal era la matriarca de una gran familia y de ella heredó su aguerrida militancia comunista y de alto compromiso con la organización social.
En su hogar materno era frecuente las visitas de dirigentes de su partido, entre otros Luis Corvalan, Santos Leoncio Medel, Lorenzo Carilao, Gladys Marín, Jorge Montes, Daniel Jana, Jovelino Lincura, Idilia Reusser, Pablo Antihuay, Antonio Rebolledo, Manuel Almendra, José Lepicheo, Osvaldo Millahual, Elena España, Pascual Melita, Lucila Aguilar entre otras y otros su casa materna era la casa del partido. Donde siempre se sentía la fraternidad y la acogida solidaria.
Desde jovencita asumió los desafíos de la lucha por las demandas populares con un alto compromiso político social. Conoció desde dentro el Proceso de la Reforma Agraria en la provincia, fue secretaria de la Confederación Campesina Ranquil, filial Arauco. Era una asidua lectora siempre informada y capacitándose.
Asistió con su organización con la solidaridad activa a la histórica recuperación de tierras por parte de las Comunidades Mapuches en el Pangal en 1961 en sector de Pangue en la comuna de Los Álamos. Este fue el primer hito nacional del inició del Proceso Reforma Agraria en el país.
Vivió con intensidad de militante comprometida, las tareas que llevaron al triunfo del Gobierno Popular del Presidente Salvador. Luego asumió con fuerte convicción las tareas emanadas del gobierno de la Unidad Popular, jugársela por ampliar la conciencia en la base social del pueblo, siendo actora privilegiada de las profundas transformaciones en justicia social y amplia participación política que ocurrían en nuestra provincia.
Luego del golpe de estado del 11 de septiembre de 1973, se la jugó con toda su pasión en la tarea de reconstruir el Partido Comunista en la provincia de Arauco y en otros lugares del país. Cuyo objetivo fue organizar la resistencia a la criminal dictadura cívico militar. Desde la clandestinidad, persevero con abnegación junto a otras y otros valientes compañeros por afianzar sus lazos con las comunidades mapuches, asentamientos campesinos y con las organizaciones sociales en la ciudad.
Esta entrega apasionada de una mujer a la actividad política-social, más en esos tiempos donde el patriarcado era hegemónico, tuvo su costo en la vida familiar de nuestra querida compañera y amiga. No era fácil abrirse paso en una sociedad machista y segregadora. Nunca se dejó abatir por las dificultades.
Con la vuelta a la democracia fue Presidenta de la Unión Comunal de Juntas de Vecinos de la ciudad histórica, Presidenta de la Feria Libre de Cañete, ayudó a organizar a las familias sin casa y promovió la organización de los Derechos Humanos.
Su puesto en la feria de Cañete de todos los días y en Los Álamos los días domingos eran un lugar de encuentro de amena conversación. Siempre ayudando a la promoción de la organización en todos sus tipos, saludando a las conocidas y conocidos de distintas generaciones. Entregando, si era necesario su apoyo solidario de palabra y con hechos concretos.
Gracias por todo compañera Zunilda Rivas Pascal, descansa en paz.
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