¿Por qué recordar a Patricio Aylwin en el día de su fallecimiento?, ciertamente merece nuestra atención y respeto, no por su larga trayectoria política, sino por lo mejor que hizo en su vida, su Gobierno, engrandecido cada vez que se elige un nuevo presidente en Chile. Tuvo el gobierno más Decente post-dictadura y en el momento más difícil de ejercerlo, cuesta aventurar que otro nombre de la política de entonces lo hubiera hecho mejor. El Hombre indicado en el momento indicado.
Hablar de sus apenas 4 años como gobernante supera lejos lo que ha hecho cualquier político en toda su vida. Fue capaz de aceptar, ganar, enfrentar y sacar adelante, lo que seguramente la historia definirá como el gobierno más difícil de ejercer en los últimos 50 años, salíamos de una feroz dictadura y él supo cimentar la tranquilidad y paz social que aún estamos disfrutando y que esperemos, no termine.
Algunas palabras de Jocelyn-Holt de hace unos días, decía: "Nadie votó por Aylwin por obligación, pero si muchos votaron con emoción… él quiso una solución racional y no emocional (como la exigían los más extremos)… es el presidente más decente post dictadura... con el tiempo la propia izquierda dirá que haber trabajado con Aylwin fue más prestigioso que haber trabajado para Bachelet...”.
Fue un buen gobierno en tiempos cuando gobiernos post-dictaduras de países vecinos fracasaban estrepitosamente, Aylwin supo sacar adelante el suyo, aún con dos intentonas golpista por parte del ex dictador, quien no logró desestabilizarlo, "el ejercicio de enlaces" o "el boinazo" fueron hechos donde seguramente otros habrían preferido sacrificar a la población para luego asilarse o bien alguno se hubiera entregado dócilmente a las fuerzas facistas. Aylwin No!, él tuvo la sabiduría de superar esos y otros escollos.
Fue capaz de pedir perdón por los caídos en dictadura y con una sinceridad brutal le dijo al país, de cara a la ciudadanía, que la justicia se haría "en la medida de lo posible", lo dijo directamente, no maquilló la realidad, como se acostumbraron después los políticos que le siguieron.
Seguramente interpretarán a muchos otras frases del mismo Jocelyn-Holt, cuando dice: "Aylwin es el último ícono del tipo de política que ya no existe en Chile, un político que siempre vivió en su propia casa, hombre de familia, el que no le pone su nombre a un vino (como lo hizo Frei Ruiz Tagle) para venderlo en Asia; fue un político de tomo y lomo que no terminó boleteando a Soquimich, nunca procesado ni acusado por los actos de su gobierno, algo que le hace bien a la tradición democrática y ojalá que su ejemplo sea tomado en el largo plazo”.
GRACIAS PRESIDENTE AYLWIN!!!
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