El espacio, que estará en las dependencias de la Mansión Errázuriz, busca homenajear y rescatar el patrimonio de la actividad carbonífera de Lebu, donde miles de familias mineras forjaron la historia y la identidad de la comuna.
Han pasado siete años desde que la empresa Carvile, cerró definitivamente sus puertas y el recuerdo de la época carbonífera de Lebu aún se mantiene fresco en la memoria de sus protagonistas.
Por más de un siglo, los hombres del carbón fueron los encargados de dar vida a la ciudad mediante la explotación del llamado oro negro, sin embargo, la crisis de la industria minera marcó el término de una valiosa fuente laboral, y puso fin a una época que impulsó una identidad que trasciende hasta nuestros días.
Atrás quedaban las jornadas de trabajo, que comenzaban a las 7:00 de la mañana o 3:00 de la tarde, con lámpara en mano y sacando tarjeta para tomar el convoy y bajar a la mina. Los turnos interrumpidos por la "chepa", donde los mineros desayunaban un "manche" con una "agüita perra", eran sagrados para continuar con la extracción del carbón, mientras en sus hogares, esposas e hijos, a diario, los veían llegar con sus rostros manchados de carbón y cansancio.
Una vida llena de sacrificios, alegrías y penurias que fue recordada al recorrer los pasillos del nuevo museo minero alojado en la Mansión Errázuriz, donde los ex trabajadores del carbón y todos quienes vivieron en carne propia aquella época, conmemoraron el Día del Minero en Lebu con una emotiva ceremonia que homenajeó a los mártires y a todos quienes fueron parte viva de esta historia.
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