La infraestructura ubicada en Caramávida, comuna de Los Álamos, está disponible para investigadores y busca fortalecer las estrategias de conservación de la flora y fauna en esta área protegida por ARAUCO
Ubicada en el corazón de la cordillera de Nahuelbuta, en la región del Biobío, Caramávida se destaca como una de las áreas con mayor potencial de conservación del centro-sur de Chile. Su riqueza en biodiversidad, alto grado de endemismo y la presencia de ecosistemas bien conservados la convierten en un auténtico refugio natural, clave para la protección de especies amenazadas y para la conectividad ecológica.
Por lo anterior, contar con infraestructura que facilite el trabajo en terreno en esta área de alto valor de conservación —protegida por la empresa ARAUCO— representa una oportunidad clave para la comunidad científica. Este refugio permitirá, por ejemplo, impulsar nuevos estudios de largo plazo sobre ecosistemas únicos, generar nueva evidencia científica y fortalecer las estrategias de conservación de la flora y fauna del lugar.
“La diversidad biológica que tiene este lugar es clave, porque es en estos refugios sobrevivientes a la glaciación en donde permanecieron especies como la araucaria, el queule, la ranita o el zorrito de Darwin, los que luego lograron colonizar el resto del territorio”, sostuvo Pablo Ramirez De Arellano, investigador del área de Manejo Ecosistémico de Bioforest, el centro de innovación forestal de ARAUCO.
Ramírez De Arellano señaló que, debido a estos y otros atributos ambientales, Caramávida ha sido identificado como un sitio prioritario para la conservación. Por esta razón, la empresa ARAUCO lo categorizó como un área de alto valor en 2008, “complementando el esfuerzo de conservación que realiza el Estado en el Parque Nacional Nahuelbuta, ya que ambas áreas están conectadas”, explicó.
EL REFUGIO
La infraestructura de 23 m2 cuenta con una membrana aislante térmica, haciéndolo propicio para climas de alta montaña y su revestimiento de zinc-alum protege a sus ocupantes de la copiosa lluvia del sur, manteniendo sus espacios interiores en óptimas condiciones, gracias también a que posee calefacción. Además, cuenta con servicios sanitarios para la comodidad de quienes realizarán investigación de terreno en el área, según detalló Aldo Ríos, jefe de Patrimonio de ARAUCO.
El profesional, que trabaja estrechamente con las comunidades, destacó el interés de ONGs locales por generar conocimiento sobre la cordillera de Nahuelbuta, especialmente en Caramávida, reflejado en las mesas de trabajo que la empresa sostiene con organizaciones y distintos actores locales. “De manera colaborativa hemos ido brindando apoyo para que se pueda hacer ese trabajo en nuestra área de alto valor de conservación, lo que ha sido valorado por nuestros vecinos”, aseguró.
En esta línea, Pablo Ramírez De Arellano explicó que para los investigadores, especialmente de la academia local, acceder a la montaña ha sido difícil y limitado a pocas horas de trabajo diario por las largas distancias. “Este pequeño refugio optimiza esos tiempos y facilitará generar publicaciones y conocimiento que permitirá visibilizar Caramávida y el rol de ARAUCO en la conservación global”, señaló.
CONSERVAR E INTEGRAR
Para Cristián Romero, bioingeniero e investigador local que monitorea la fauna en Caramávida, este refugio no sólo facilita el trabajo científico en terreno, sino que también complementa los diversos usos que tiene esta área de alto valor de conservación, más allá del ámbito estrictamente académico.
“Las comunidades utilizan esta área con fines turísticos, también para la recolección de productos forestales no maderables que forman parte de su sustento. Por eso, existe un interés genuino en conservar el área, pero de forma sostenible, integrando a las personas en lugar de excluirlas, al contrario de como ocurre en algunos enfoques de conservación que aíslan a los seres humanos del entorno natural”, sostuvo Romero.
De esta forma, el área de alto valor se proyecta como un modelo de conservación que no sólo protege la biodiversidad, sino que también reconoce y valora el rol de las comunidades y los usos que le dan diversos actores locales.
EL VALOR DE LA INVESTIGACIÓN
Caramávida también es sitio de producción de una miel única en su tipo en el planeta, según relató Marcelo Rodríguez, apicultor de la comuna de Los Álamos y miembro Cooperativa Apícola Ragko. “Teníamos la idea que podíamos sacar miel de ulmo, pero nos llevamos una muy linda sorpresa de que producimos mieles mono floral de tineo, una especie endémica, que no crece en ninguna otra parte del planeta, por lo que la miel que producimos acá, en el área de alto valor de conservación, es una miel única en el mundo”, sostuvo.
Rodríguez relató que para los apicultores que tienen sus colmenas en Caramávida, la investigación científica ha sido clave para despejar dudas sobre el posible impacto de las abejas introducidas sobre las más de 400 especies nativas presentes en Chile. Gracias a estos estudios, hoy cuentan con información valiosa que esperan les sea de utilidad para proponer formas responsables de producción apícola dentro de áreas silvestres protegidas públicas.
CARAMÁVIDA
Caramávida se ubica en la ladera occidental de la cordillera de Nahuelbuta y alcanza los 1.300 metros sobre el nivel del mar en sus sectores más altos. Con una superficie que supera las 20 mil hectáreas, alberga el mayor fragmento de bosque nativo continuo en la parte norte de la Ecorregión Valdiviana. Su ubicación estratégica dentro del corredor biológico de Nahuelbuta la convierte en un punto clave para la conectividad ecológica entre la cordillera de la Costa y los ecosistemas del interior, favoreciendo la conservación de especies y hábitats únicos.
*** SIN COMENTARIOS INGRESADOS***