Luis Pedro Barrueto, con su lenguaje siempre claro y preciso nos trae una reflexión sobre este tema de la desigualdad que se ha tornado una yaga latente en Chile; examina algunos de los factores determinante en su persistencia, la deficiencia de la educación pública básica y media con reflejos en la PSU y la importancia de la gratuidad hasta la educación superior.
"Seremos conocidos por las huellas que dejamos" (Proverbio indígena americano).
Las últimas elecciones municipales en Chile y Brasil el electorado y voluntad popular, apoyaron los candidatos de la centro-derecha, barriendo las aspiraciones de la izquierda y repeliendo con fuerza sus discursos. Lo interesante, es que ambos países la izquierda estaba en el poder, viniendo de gobiernos de derecha.
En Chile, por ejemplo, estos últimos años el movimiento político presidencial ha tenido un comportamiento pendular: Bachelet, Piñera, Bachelet, y otra vez parece que Piñera surge en el horizonte, Foto 1.
Para peor no se ve en el panorama político, renovación de caras ni propuestas nuevas, a pesar de que, vivimos en una especie de choque psicológico, por la voracidad de nuestro mundo en cambios tecnológicos y sociales, pero, carentes de verdaderos estadistas y muy vagos en relación a nuestro futuro.
En nuestra última elección municipal, los votos de la derecha fueron en un fuerte porcentaje, votos de represalia y resentimiento como los votos BREXIT en Inglaterra o los votos de Trump en USA, oriundos de un electorado desempleado, y profundamente desencantado con el establishment dominante.
Las personas cansadas de la bazofia retórica, quieren cosas más concretas, resultados más palpables, sentirse más felices, más seguros de su futuro y menos estresados, en síntesis: desean movilidad social, más trabajo etc.
Dos personas conocidas y de clase media, que viven en Santiago y tradicionalmente votantes de la Concertación y NM me confidenciaron que de esta vez no irían a votar porque estaban frustrados y “putos de la vida”.
Ambos con hijos sin pega y con el peso del CAE en sus espaldas, o sea, la movilidad social para esas familias ha estado congelada, no se mueve y no han tenido como driblarla para ascender en la pirámide social.
Eso en Santiago, imaginen en provincia, ni me imagino como será en Cañete este drama o, en la provincia de Arauco.
La percepción para la gran mayoría ciudadana, es que la política se ha transformado, en un juego de: poder, cargos, ambiciones personales, burocracia estatal con apaniguados y clientelismo.
Con el agravante de presentar proyectos políticos mal implementados para retomada del crecimiento, del empleo y formar capital humano, necesario para nuestro crecimiento.
Conforme último informe del FMI, las reformas de la Presidenta Bachelet son emblemáticas y tendrían potencial para allanar el camino del crecimiento y reducir la desigualdad.
Apenas frases elegantes que la prensa transmite calculadamente, pero que no significan mucha cosa para la gran mayoría, pues esta siente en carnes propia la desigualdad, endeudamiento, desempleo, filas en los hospitales y el carácter oligárquico de los partidos políticos.
Empleo significa movilidad social y es ahí donde se ven los buenos gobiernos, los buenos empresarios, el buen dinamismo y entrosamiento de la máquina público con la privada, en última instancia, es donde reside el motor de la economía, que genera trabajo y renta. Pero en ese caso, la aeronave requiere pilotos competitivos y meritorios.
Yo no soy especialista en movilidad social, sociólogo o antropólogo, y mis conocimientos sobre el tema son elementales, que cualquier ciudadano, medianamente informado tiene, pero, como profesor universitario tanto en Chile como en el exterior, entiendo perfectamente el concepto.
La movilidad social es el movimiento ascendente o descendente, dentro de la pirámide social de un status quo a otro.
Ahora, conforme la ubicación en la pirámide, los grupos sociales tienen mayor o menos poder de decisión, en la política, mercado, etc.
Existen varios factores que la determinan, entre ellos, la educación, ocupación de los padres, emprendimiento, sexo, raza, factores fortuitos, por ejemplo casarse con la hija del patrón, ganar la loto, quedar desempleado o deserción escolar.
El emprendimiento podría ayudar también en la ascensión social, pero en nuestro país, es muy limitado y muchas veces, se confunde con rentismo.
Las start-ups son otra área para dinamizar el mercado y las fuentes de trabajo, pero, para eso es necesario transformar conocimiento científico en tecnologías, ya sea en el área industrial o agrícola. Pues entonces, la Corfo con la palabra.
En Chile, la educación es un aspecto clave en la ascensión social, pues, quien llega a la universidad, tiene mejores posibilidades de movilidad social
En este sentido, es una pena que la Educación Técnico Profesional pública, no haya sido promovida más vigorosamente, pues, ella también dinamiza la pirámide social.
Pero, llegar a la universidad tampoco es fácil, la primera barrera que hay que saltar es la PSU. Foto 2.
Esta prueba de selección, es un instrumento técnico, basada en el presupuesto que los programas de las diferentes disciplinas y de todos los colegios de enseñanza media, deberían pasar y cumplir,
Sin embargo, lleva embutida un contrabando de connotación social del alumno, que al final de cuentas, influye mucho el resultado.
La comparación de los resultados entre colegios municipales y privados muestran eso.
Sería interesante conocer los resultados de la PSU del Verbo Divino de Santiago con un municipal de Cañete, Contulmo o Tirúa.
En general, los Municipales obtienen en media nacional 450 - 475 puntos como máximo, en cuanto que los privados se empinan tranquilamente por sobre los 600 puntos.
Así, los egresados municipales, ya quedan casi automáticamente como futuros candidatos de la base de la pirámide social, o sea, estancado y con menos poder de decisión
En cambio, los egresados de colegios privados tienen puntaje suficiente para potenciarlos a candidatos de la futura elite profesional del país: médicos, abogados, diputados, senadores, etc.
Es verdad que la PSU de un municipal, puede permitirle entrar en una carrera liberal en una universidad particular, pues no son tan exigentes cuanto al puntaje, pero todas maneras, sus padres tendrían que pagar una mensualidad alta, o, caer en el CAE (Crédito Aval del Estado).
En Chile existen alrededor de 700 mil familias amarradas al CAE, como forma de deuda educativa, por eso algunos consideran este financiamiento un “mal social”, ya que, como dicho anteriormente, puede pesar mucho en el presupuesto familiar.
Entonces está siendo evidente que la movilidad social está fuertemente determinada por el estatus social de los padres.
Si estos tienen estudios universitarios, mejor le irá a sus hijos en la PSU.
Por la sencilla razón, que podrían auxiliarlos en los deberes y tareas dadas a los estudiantes, en las distintas materias del periodo escolar básico y medio.
Por otro lado, son colegios que presentan una buena infraestructura pedagógica y tienen sus cuadros completos de profesores lo que es una grande ventaja.
En un colegio fiscal o municipal, no sé hasta qué punto, ocurre eso de tener su planta completa de pedagogos a lo largo y ancho del país y no se también hasta qué punto, el Alcalde puede manipular o discriminar la contratación profesores.
En mis tiempos por ejemplo, el liceo fiscal donde yo estudié, en el quinto año de humanidades no tuvimos profesor de biología ni química.
Fue una omisión terrible del estado. De ese grupo, no más de un 10% entramos a la universidad. Fuimos como los salmones nadando contra la corriente.
Por otro lado, cuando los padres tienen apenas una formación básica, media o son semi analfabetos, el apoyo en las tareas es mucho más precario o inexistente, ya que, no pueden orientarlos en sus dudas.
Inclusive, muchas veces la sala donde hacen sus tareas es el comedor y la TV está ligada. En fin, de todos estos factores, resulta un bajo rendimiento escolar, o, deserción escolar.
No cuesta imaginar la situación de familias rurales (Cayucupil, Los Batros, etc.), donde seguramente un 70 % de los estudiantes, no llegaran a la educación superior, inclusive, ni a terminar la enseñanza media.
Es claro que como todo orden de cosa, hay excepciones y no siempre los esquemas son tan mecánicos, pero, la tendencia estadística es esa.
Y por mencionar la estadística, esta es un área muy abandonada por la prensa, cuando se trata de educación y sus vínculos socio-ocupacionales, en relación a familias de origen urbano o rural.
Estas conclusiones ayudan a entender porque la enseñanza pública básica y media, aquella que atiende los hijos de las familias de menores ingresos, es determinante para reducir la desigualdad, y por eso mismo debe ser gratuita para estos sectores, inclusive, a nivel de educación superior. Foto 3.
Por eso, en esos niveles es que deberían concentrarse también las inversiones estatales en el área de la educación, para así, encontrarle más sentido técnico e equitativo a la PSU y evitar sus sesgos.
Este círculo vicioso precisa ser quebrado, para que se pavimente el camino del desarrollo sustentable en las próximas décadas y para que la movilidad social en Chile no sea apenas una ilusión y retórica de ímpetus populistas e fórmulas mágicas de la clase política.
Connotadas voces, han reclamado de la falta de empatía de la clase política, por la poca importancia dada a la pobreza infantil.
El caso es relevante, ya que, según la neurobiología, es en la infancia hasta los primeros 10 años de edad, que en nuestro cerebro se desarrollan y establecen circuitos neuronales fundamentales para el aprendizaje del futuro del estudiante.
De ahí que, buenos estímulos pedagógicos son necesarios y eso tiene que ver con una buena escuela y buenos profesores, para desarrollar el mayor capital que un ser humano puede tener: su inteligencia.
Sin embargo, una nutricionista dirá que la alimentación de esos niños también es otro factor complementar en el proceso.
Es sabido que consumir una dieta balanceada en carbohidratos, proteínas, sales minerales y vitaminas es fundamental para un desarrollo armónico del cuerpo humano y cerebro de los niños.
Sin embargo, todo esto, está relacionado con el salario de sus padres y finalmente, con la economía del país, precio internacional del cobre, que es todavía el salario de Chile, y sin duda, con la buena o mala gestión de CODELCO, una empresa estatal controversia, especialmente por los altos salarios de su planta administrativa.
A propósito de esta temática educativa, el Consejo de Rectores de las universidades, (CRUCH), también ha reclamado del gobierno, por el tipo de reforma de Educación Superior que está impulsando, calificándola de ambigua e insuficiente, especialmente, en lo tocante al papel académico de las universidades, su financiamiento e inserción en el mercado.
Tanto es así, que, recientemente el Rector de la Chile, Sr Ennio Vivaldi, dice que la reforma de Educación Superior ha fallado en todo, respecto a las universidades públicas (29-11-16 Diario UChile).
En mis tiempos de universidad, la U. de Chile, por ejemplo, era absolutamente gratis, más aún, los estudiantes teníamos servicio médico gratuito en el hospital José Joaquín Aguirre de Santiago.
Es triste constatar todas estas brechas y deficiencia del sistema, porque le restan a los estudiantes más vulnerables una igualdad de oportunidades más equitativa para el desarrollo de su capital innato: la inteligencia como ya dicho.
Por lo tanto, condenan a Chile a una democracia poco vigorosa, bonita en los discursos, pero, discriminatoria en la práctica, respecto a las familias más precarias, porque dificulta su merecida ascensión en la pirámide social.
Así, la clase política tiene que sudar más la camiseta para resolver todos estos problemas. Es lamentable que después de tantos años, de la izquierda en el poder, estos problemas subsistan.
Para peor, la izquierda vive una crisis de eficiencia, legitimidad e identidad, no sabe cómo adaptarse a la economía de mercado y a la democracia liberal.
Esto es básico para tener un estado solvente y eficiente, respecto a sus finanzas públicas y un sector privado pujante e innovador con el mínimo de incentivos fiscales.
No es apenas falta de candidatos o liderazgo. Es también falta de talento y espirito pragmático, para defender e implantar una de las banderas programáticas más sagrada de su currículo: la disminución de la desigualdad y la promoción de la paz social.
Utopías estas que siempre la izquierda proclamó y tornó épicas. Esta insatisfacción y lamento, Bob Dylan cantó muy bien, en su famoso: blowing in the wind:
How many road…., How many year…., How many time…., Before……….
Sin embargo y como un comentario final, pienso que el problema no es de derecha o izquierda, sino de saber resolver con inteligencia, rapidez y espíritu público, los problemas de la sociedad y del bien común, sin complejos ni problemas psicológicos de auto afirmación, en beneficio de una democracia más justa y prospera.
El resto es pura retórica, o, apenas debate político chato, que hace años cansa a los contribuyentes y por eso su pérdida de confianza en los partidos y en las personas que los representan.
Es la falta de sintonización con la sociedad, hay una distancia muy grande entre los políticos y sus bases, entre la capital y las regiones.
El resultado de esta última elección municipal expresó eso, pero que ya, en la elección de la presidenta Bachelet la luz roja de la abstención fue puesta de manifiesto.
Como resolver la movilidad social, he ahí la cuestión!. La gratuidad de la educación pública sin duda resolverá, pero gratuidad para familias de altos ingresos, es discutible. Foto 4.